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miércoles, 5 de junio de 2024

138. Vi cómo se cogían a mamá


Les contare una historia que paso hace algunos meses, mi madre es una mujer de 40 años muy bella tiene unos senos grandes y redondos un cuerpo delgado y también unas piernas muy torneadas.

Ella tenía un local donde vendía muebles de madera y cocinas, pasaba casi todo el día ahí y ya salía casi de noche, yo después de la escuela me la pasaba todo el día en la casa. Algunas veces que llegué a ir a su local la visitaba un hombre de 30 años que tenía también un negocio a unos cuantos metros. Lo llegué a ver varias veces se veía que estaba interesado en mi madre, a veces podía notar como no dejaba de mirarle el escote y las piernas disimuladamente, solo que se contenía cuando me veía ahí. No le di mucha importancia, después de todo mi madre ya tenía muchos años de haber enviudado.

Una tarde saliendo de la escuela, pensé en ir a visitar a mamá al trabajo, estaba muy nublado y se avecinaba una gran lluvia, por lo que me di prisa en llegar. Su local tenía 2 entradas, una que daba frente a su escritorio y otra lateral por donde entraba los muebles cuando había avance de temporada o algún pedido especial, entré por esa, ya que no podía verme, al entrar quise asustarla y me escondí tras unos muebles que tenía arrumbados cerca de su escritorio. Me metí por debajo y planeaba asustarla pero en eso entro su amigo el que la visitaba así que me contuve y escuché decirle: “Ya llegué, como habíamos quedado para tomar un café”. Ella se veía hermosa traía unos jeans muy pegaditos y se le marcaba todo su contorno y una blusa abotonada blanca muy pegada a su cuerpo. En eso empezó a llover fuertemente y ella le dijo de forma picara: “Porque no cierras el local, así no entra la lluvia y podemos charlar más íntimamente”. Él le sonrió y salió a bajar las cortinas metálicas. Yo no sabía si salir o quedarme pero me dio cierto morbo y decidí ver lo que pasaba. Regresó muy empapado de la camisa por la lluvia, entonces mi madre dijo algo que me dejo helado: “Porque no te quitas esa camisa te puedes enfermar” –le dijo de manera sugerente. Él sabía lo que pasaría y dijo: “Creo que tienes razón, no queremos una gripe dando vueltas”. “Voy a calentar el agua para preparar el café” –le dijo ella. El hombre se quitó la camisa y mi madre no dejaba de verlo, se mordía los labios con cara de querer comérselo.

Hay algo que debo reconocer, es que mi madre sabe muy cómo poner el juego a su favor, es una estratega de esas capaces de ganar una guerra si así lo dispone. Ya tenía planeada su siguiente jugada. “Me puedes ayudar con el bidón de agua, está muy pesado” –le dijo. Aquel hombre vertió el agua mientras mi madre sostenía el hervidor, pero “accidentalmente” le derramó agua en la blusa. Entonces su amigo le dijo: “Perdóname por favor, no fue mi intensión”. “No te preocupes, yo moví el hervidor sin darme cuenta, lo malo es que ahora estoy toda empapada” –le dijo con una sonrisa. “Así veo, parece que tendrás que quitarte la blusa también” –le respondió él. Mi madre sonrió y le dijo: “Voltéate, no quiero que me veas desvestirme”. Aunque era solo la blusa, ella aprovechó de quitarse el jeans, quedando solo en ropa interior. Yo no podía creer lo que me veía pero me empecé a excitar al verla con esa ropa interior negra con encajes, se podía ver su pecho mojado, lo que le daba un toque de morbo especial. Cuando ya estaba lista, le dijo al hombre que se volteara y le pregunta: “¿Ya estoy mejor, no?”.

Hubo unos segundos de silencio total en el que ambos solo se miraron fijamente calientes, como si esperaran a que uno diera el paso inicial. Se miraban con lujuria pero ninguno se atrevía a dar el siguiente paso, entonces guiados por el instinto se acercaron y se besaron desesperadamente, parecía que estaban hambrientos y se besaban como si quisieran comerse. Él metía la lengua en la boca de mi madre y le apretaba las nalgas, mientras ella pasaba las uñas por su espalda y lo rasguñaba, no podían si quiera hablar porque sus bocas no se despegaban aunque les faltara el aliento. El hombre le dijo: “No sabes las ganas que tenía de hacerte de mía, fue una obsesión desde que te vi. Te voy a hacer lo que siempre sueño cada noche”. Mamá lo miró y le dijo: “Yo también he esperado este momento, ya te habías demorado mucho”. Luego mi madre lo empujó a una silla y le dijo: “Relájate cariño, tenemos tiempo suficiente”. Le quitó el cinturón y puso los brazos de el en su espalda y lo ató con el cinturón a la silla. Yo estaba muy caliente viendo a mi madre haciendo eso, nunca la imagine que ella pudiera hacer esas cosas.

Luego ella se sentó sobre él y se movía de manera candente para sentir la erección que tenia el tipo. “Parece que ya estás listo cariño” –le dice ella de manera sensual. Entonces mi madre empezó a bailarle sexy y se quitó primero el sostén y dejo ver sus tremendas tetas, con unos pezones rosados muy grandes y que a ratos se enrojecían.  El tipo estaba muy caliente le dijo que quería follarla ya, pero ella lo tenia atado. Ella se quitó su tanguita y se la metió a la boca de él para que probara su sabor. Luego le dejo ver su conchita rasurada y con unos labios rosados que se veían apetitosos. Ella sacó de su bolso un envase de plástico con miel y dijo le preguntó: “¿Te gustaría probar algo dulce?”. Él solo asintió, mamá se puso miel en las tetas y se sentó encima de él. Con sus tetas llenas de miel las empezó restregar en su cara llenándolo de miel. Luego le sacó la tanga de su boca y le dio a probar la miel de sus tetas, él las lamia en círculos y mordía sus pezones, ella gemía y le tomaba la cabeza y la llevaba a sus tetas para que se hundiera en ellas, después derramó miel sobre el abdomen del hombre y comenzó a lamerle desde los pezones y hasta su ombligo, lo chupaba todo y pasaba su lengua de forma sensual.

Luego le sacó los pantalones y le descubrió la verga y la llenó con miel, y dijo: “Ahora me voy a comer este caramelito”. Comenzó primero a respirar su olor y poco a poco la fue besando, pasaba su lengua en círculos sobre el glande y después se la metió a la boca, era tan excitante ver eso, mi propia madre tragándose una verga, lo hacía como toda una experta, solo se podía ver como ella arrodillada se la metía y la sacaba cuando necesitaba tomar más aire, el hombre le gritaba que ya quería cogérsela, él estaba ya demasiado caliente pero a ella le gustaba hacerlo esperar y no dejaba que la cogiera aun, se la sacó de la boca, tomó algo de miel entre sus labios fue hasta la boca de él y se la pasó de boca a boca, eso fue muy caliente. Él no se pudo contener más estaba ya demasiado caliente, así que como pudo logro desatarse, se le veía desesperado, después de lo que mi madre le hizo el solo quería ya hacerla suya. Se paró violentamente y empujó a mama contra su escritorio, cayó boca abajo y él entonces le tomó los brazos y con una mano los llevó a su espalda y con la otra le abrió las piernas, Mi madre se veía muy risueña, no terminó ella de decirle que primero se pusiera el condón cuando él ya se la había metido de un solo golpe. Mamá gimió cuando se la metió y empezó frenéticamente a cogérsela, solo le oía decir entre gemir y con respiración agitada dijo: “¡Ponte condón!”. Él no le hizo caso, ya que solo quería metérsela, y le dijo: “¡A la mierda el condón! Quiero que la sientas toda. Entonces mamá empezó a gritar como una loca, delirando de placer, él le decía: “Calla que pueden oírnos hasta la calle”. Aunque lejos de callarse ella gemía con más intensidad al sentir como el sujeto la nalgueaba, yo pensé que mi madre se enojaría pero le gustó y le pidió que la siguiera nalgueando. Cada nalgada que el hombre le daba ella daba un grito y decía: “¡Ay, qué rico!”. Luego se la sacó y le liberó los brazos a mamá, ella volteó excitada y se echó sobre él y terminaron en el suelo y entonces ella se le subió a horcajadas y se movía frenética en círculos, para adelante y atrás, a veces lento y luego muy rápido, mientras él le tocaba las tetas y las apretaba, luego él se levantó y la abrazo y se besaron y fueron más intensos los movimientos hasta que ella gimió de manera excitante, se veía que le faltaba el aliento, ya que un intenso orgasmo se había apoderado de sus sentidos. Luego el hombre gritó y le dijo: “¡Qué rica puta!”. Al parecer había eyaculado en la conchita de mi madre, ya que él temblaba con lujuria.

Yo a esa altura estaba luchando por no acabar y seguir viendo como le daban verga a mi madre. Él sacó su verga de la concha de mi madre y salieron chorros blancos, se quedaron abrazados en el suelo mientras recuperaban el aliento y se besaban, él acariciaba su pelo y ella le limpiaba el pene con la mano. No decían nada solo se miraban y reían, luego ella le preguntó: “¿Por qué tardaste tanto en hacerme tuya? Si desde que te presentaste supe que la querías meter. Él le respondió: “Me contuve mucho cuando te veía y más cuando estaba tu hijo cerca”. Ella dijo: “No te preocupes no se enterará lo que hace su madre”. Si tan solo ella supiera que era testigo privilegiado de la acción y que concuerdo con el hombre cuando le dijo que era una rica puta. Él rio y dijo: “Vaya, una madre experta en la cama”.

Luego la besó con perversión, ambos tenían ganas de más y poco a poco empezaron a dar rienda a esos instintos llenos de perversión. Ya se estaba oscureciendo, me preocupé por cómo iba a salir de ahí si estaba cerrado, entonces escuché algo que me animó a seguir viendo y que obviamente me calentó. “¿Alguna vez has estado con dos hombres al mismo tiempo?” –le preguntó el hombre. Ella sonrió de forma perversa y respondió: “Nunca, pero a veces lo he pensado”. Él le volvió a preguntar: “¿No te excitaría hacerlo?”. Mamá contestó pícaramente: Sí, me gustaría. ¿Qué tramas?”. “Desde que abriste tu local yo y un empleado no dejamos de masturbarnos pensando y comentando en lo rica que estás” –le dijo él. “Entonces, ¿también quieres que coja con él y contigo?” –le pregunta mamá. Él le dijo: “Sí, solo que es muy tímido, pero si quieres el aun esta en mi negocio, ¿qué te parece si le hablo y experimentas lo que es tener dos vergas adentro? A mí me excitaría verte así”. A mi madre se le iluminó la cara pero le dijo: “Ya es tarde, me gustaría, pero necesito llegar a casa mi hijo se preocupara”. El hombre le dijo: “No tiene por qué preocuparse, después de todo cuidaremos a su madre muy bien. Mándale un mensaje y dile que no llegaras hasta más tarde”.

Ella entonces se preparó y tomó su celular para mandarme el mensaje mientras el hombre llamaba a su amigo, le decía que cerrara todo y viniera al local de la esquina. Yo me apresuré a poner mi teléfono en vibrador y cuando me llegó su mensaje, decía: “Hijo, discúlpame amor, pero me es imposible llegar a cenar contigo, me surgió una emergencia y tendré que quedarme en el hospital a cuidar a tu tía ya que se accidentó, cierra bien las puertas y apaga todo. Dulces sueños”. Le respondí que no se preocupara, que entendía y le pregunté si iba a llegar a comer o se quedaría por allá. Ella solo respondió que no, que estaría bien y que ya habían mandado por su “cena”, pero que pasaría la noche en el hospital y temprano iría al local. Eso me excito mucho y entonces me preparé para ver la segunda ronda. El amigo de mi madre fue a abrirle la puerta al otro hombre. Entró un chico de unos veinte años, era muy joven pero se asustó al ver al amigo de mama en bóxer, lo hizo pasar y cerró la puerta le dijo: “¿Recuerdas a la madurita con la que tanto soñábamos? –le dijo el hombre. El chico no sabía que pasaba, en eso salió mi madre a recibirlo desnuda, el pobre cambió su rostro y no lo podía creer: “Vaya, ¿has logrado cogértela?” –le preguntó. Ella le contesto: “Tienes un muy bueno, tanto que hasta ha decidido que cojamos los tres”. Entonces mi madre volvió a sentarse en el piso y le dijo al chico que se sentara junto a ella. “No seas tímido, no muerdo, bueno, a veces sí” –le dice ella.

El amigo de mi madre les dijo que entre los dos la dominarían, mi madre se le veía muy excitada. Luego empezó todo el amigo de mama se quitó el bóxer y sentó a mama de espaldas frente a él y la abrazo ya apretó fuertemente dejándola inmóvil. El chico dejó su timidez a un lado y se desnudó para ella, cuando se quitó el bóxer mi madre se le ilumino la cara y dijo: “¡Vaya que sorpresa me has dado!”. Mientras el hombre tenía apretada a mama y le acariciaba las tetas, le besaba el cuello y mordía sus orejas, el chico se le acercó y ni siquiera tuvo que pedirlo, mi madre ya lo esperaba con la boca muy abierta. Era una escena única mi madre inmóvil sentada de espaldas de aquel hombre que le metía los dedos por su conchita mojada y con la otra mano le apretaba de las tetas, mi madre como tenía las manos por detrás lo masturbaba mientras él le besaba el cuello y el chico tomaba a mi madre por la cabeza y le cogía a voluntad su boca, a mi madre ni hablar la dejaban entre tanto placer y con la boca llena solo se veía que miraba al chico fijamente mientras él le metía toda la verga en la boca, se la metió hasta la garganta y mi madre empezó a toser, se la sacó y se veían los hilos de semen colgando como elásticos y ella daba un gran suspiro luego la liberaron y se untaron miel en sus vergas y se las dieron a comer a mamá arrodillada, ella se los masturbaba en cada mano y primero comía el de uno y alternaba dándoles muchas lengüetadas y limpiándoles todo luego el hombre dijo que se acostaran en el suelo. Se recostó primero él y dijo a mi madre que se le sentara sobre la boca para lamerle la concha y ella sentada se la chupara al chico, estaba excitado mi madre era comida y le apretaba el hombre sus piernas mientras ella no dejaba de comerse la verga del chico una y otra vez, luego cambiaron de posición y el chico esta vez quedo abajo pero ahora é le lamia por atrás su ano y ella le comía la verga al hombre. Después de eso le preguntó su amigo: “¿Te la han metido por el culo?” Ella contesto: “Sí, pero fue hace mucho”. Entonces le dijo a ella que se sentara sobre su verga para metérsela por el culo, mi madre más que caliente se subió encima dándole la espalda y se encajó la verga de aquel hombre despacio, ella solo cerraba los ojos, se veía que le dolía un poco pero entró toda dijo en un delicioso gemido: “¡Ah, qué rico se siente!”. Empezó a disfrutar de esa verga moviéndose salvajemente. El chico, le abrió las piernas y se la metió en su concha. Ella empezó a gemir con descontrol, la forma en que era cogida por los hombres era un tanto brutal, sobre todo por aquel que se la tenía metida en su culo.

Era tan caliente ver a mamá siendo follada por ambos, su cara era de excitación, sus gemidos estaban llenos de lujuria, le faltaba el aliento y ponía los ojos en blanco disfrutando de aquellas vergas que la penetraban con insistencia. El chico se la metía fuertemente y eso la calentó más, tomó de las nalgas y le decía: “¡Cógeme como siempre quisiste hacerlo! ¡Dame verga!”. Ella lo guiaba haciéndole ver que quería que se la cogiera más duro. Ambos gemían como desquiciados disfrutando de ese perverso placer. El chico sacó la verga de la vagina de mi madre e hizo que la chupara. Verla con el culo ensartado y a la vez chupando una verga me hizo acabar morbosamente. Al poco rato el hombre eyaculó en su ano, terminaron exhaustos y mamá más que satisfecha. Los tres quedaron tendidos en el piso y podía ver como chorros de semen salían de sus dos agujeros. Luego platicaban lo mucho que les había encantado y esperaban que se repitiera, ella les decía: “Se han convertido en mis mejores y más íntimos amigos, pueden cogerme cuando quieran, soy una putita golosa que siempre les abrirá las piernas para complacerlos”. Ellos decían lo mucho que les fascinó. Después se despidió el chico y se vistió le dio un beso a mi madre y le dijo que había sido un privilegio pero tenía que ir a su casa porque lo esperaban, así que llamó un taxi, el hombre le dijo: “No faltes mañana que hay trabajo pendiente”, refiriéndose a mamá. Antes de que el muchacho saliera mi madre le regaló su sostén como recuerdo de esa cogida que le había dado. Luego de que salió ella le dijo a su amigo: “Mira que ha sido una experiencia que no olvidaré nunca”. Se besaron un largo rato y decidieron ir por algo de cenar. Se vistieron y fueron, yo aproveché para salir del local y pedir un taxi. Llegando a casa no pare de pajearme pensando en todo lo que vi. Me excitaba pensar que más harían regresando y quedándose a dormir.

A la mañana siguiente falté a la escuela y a primera hora fui hacia allá y encontré el local cerrado. Ella llegó dos horas después, se veía bañada, así que supuse que se fue a casa de él. Cuando abrió el local me aparecí, decidí dar una vuelta y regresar más tarde. Cuando llegué se sorprendió de verme y me recibió con un beso, todavía se podía notar un olor a sexo en el ambiente y manchas de miel en la mesa, pero ella dijo que solo fue de unos dulces que comió. Le pregunte que como seguía mi tía y me dijo de maravilla. “No mientas, sé perfectamente lo que hiciste” –le dije. Ella me miró sorprendida y me preguntó: “¿Qué hice según tú?”. “Ni si quiera tienes el valor de reconocer que cogiste como puta con dos hombres, no te atrevas a negarlo, porqué te vi” –le respondí. Ahora sus ojos mostraban asombro, no entendía cómo podía saberlo, para ella no había nadie más en el local. “¿Cómo lo sabes?” –preguntó. “Por qué vi cómo te cogían y como lo disfrutaste” –le respondí. Mamá no sabía que decir, pero después de dar un suspiro me dijo: “¿Qué quieres que haga? Soy una mujer adulta que disfruta de la vida, por lo demás, no tengo por qué darte explicaciones”. “Tampoco te las estoy pidiendo, tú verás a quien le abres las piernas, pero déjame de decirte que me pajee toda la noche recordando cómo te cogían” –le respondí. “Eres un degenerado” –me dijo. “Tú eres una puta, ¿qué nos hace diferentes?” –le dije con enojo. “Soy tu madre, no deberías decir esas cosas” –me dijo con tono molesto. “No me vengas con cuentos baratos, recién dijiste que eras una mujer adulta que disfruta de la vida. Aunque no solo de la vida, también de que se la cojan como cerda” –le respondí. “Creo que es mejor que te vayas” –me dice mamá ya enojadísima. “¿No te gustó lo que te dije? Pues, es la verdad, eres una puta y las putas para lo único que sirven es para cogérselas, y para que te la chupen” –le dije mirándola a los ojos y bajando el cierre del pantalón. “¿Qué haces?” –me preguntó. “¿Acaso no sabes? ¡Quiero que me la chupes!” –le dije tomándola del pelo y la llevé al piso. Arrodillada frente a mi verga, abrió su boca y la empezó a chupar lentamente. “Espera, no quiero que demos un espectáculo” –le dije y fui a cerrar el local. Ella siguió arrodillada esperándome, me senté en la silla de su escritorio y le dije: “Ven y chúpala”. Vino gateando hasta donde estaba, y se metió entre mis piernas, con ternura agarró mi verga y la empezó a lamer lentamente. En sus ojos se veía la perversión y la hacía verse tan sensual comiéndome la verga, a esas alturas yo luchaba con la calentura y el morbo, pero al cerrar los ojos me perdía en ellos.

La sensualidad con la que me chupaba la verga era excitante, ya se la había metido toda a la boca y cuando la sacaba venia acompañada por hilos de su saliva. “¡Sigue, no pares!” –le decía bufando de placer, sí que lo estaba disfrutando de la misma forma que esos dos hombres lo hicieron. La detuve y me puse de pie, quería cogerme su culo y no iba a desperdiciar esa oportunidad, abrí los botones de su blusa con un solo tirón, como andaba sin sostén sus tetas quedaron al descubierto, le bajé el jeans y sus bragas, la apoyé en el escritorio y se la metí en su culo, ella gritó pero me empecé a mover de forma salvaje. Escuchar sus gritos era estimulante y perverso, su apretado culo se abría en cada embestida y ella seguía gritando pero esta vez de placer, apoyó la cabeza en el escritorio y me decía: “¡Me estás partiendo el culo! ¡Dame más fuerte!”. Seguí taladrando su culo como un demente, mi verga palpitaba dentro. “¡Oh, mi amor, qué rica verga! –decía mamá. Ella estaba al borde el orgasmo, se la seguía metiendo con fuerza y ella gritaba que no parara, su cuerpo se empezó a retorcer y ella jadeaba como perra en celo. “¡Oh, mi amor, qué rico me coges! ¡Sigue por favor!” –decía en tono suplicante. Seguí hasta que ya no pude más y terminé llenándole el culo de semen. Después de cogérmela ella se puso de rodillas y me la chupó para no dejar ni un rastro de semen. Cuando se sintió satisfecha se arregló la ropa, trató de abrocharse la blusa con los pocos botones que le quedaron y abrió el local. Yo no tenía problemas con que se siguiera cogiendo a esos hombres o los que ella quisiera pero con la condición de que llegara a casa en la noche para que siguiéramos con lo que ya habíamos empezado y obviamente disfrutamos.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

2 comentarios:

  1. Que rico y perverso relato hace volar la.imaginscion ufff como.siempre excitante y también increíble Caballero

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  2. Que rico y morboso relato caballero, me dejo toda húmeda y caliente 😈🔥

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