Entradas populares

martes, 20 de febrero de 2024

105. Feliz cumpleaños madre, puta


 

Faltaban solo dos días para el cumpleaños de mi madre, no sabía muy bien que hacer para sorprenderla, pero sabía que debía lucirme y así complacerla en todo lo que ella quisiera. El día de la madre había sido demasiado intenso, igual que los días posteriores, pero ahora debía hacer hasta lo imposible para darle una digna cogida como se merece. Llegó el día. Era su cumpleaños número 43 de mi madre, su humor no era el mejor. A decir verdad estaba un poco deprimida a causa de eso, para ella envejecer era algo terrible. Mientras tanto, desayunamos apurados y cada uno nos dirigimos a hacer nuestras actividades diarias. Hice como que me había olvidado de su día especial, pero ella no me lo recordó tampoco. Eso la había molestado, pensaba enfadada en la cocina cuando el primer mensaje llego a su móvil. “Alanny, ¡feliz cumpleaños!”. Le había escrito su incondicional amiga Andrea. “¡Gracias Andrea! Estoy cada vez más vieja” –le respondió ella. ¿Qué dices Alanny? Estás esplendida” –le escribió. “Ay, lo dices porque eres mi amiga” –le escribe mamá. “Alanny, ¡cuántos hombres desearían estar contigo! Festejaremos en por la tarde” –le escribe Andrea.

Su amiga la visitaría esa tarde, pero antes iría mi tía Clara a almorzar. “Es mi cumpleaños y más encima tengo que cocinar” –pensó. Obviamente no dejé que eso pasara, en el fondo sabía que ella es la reina y debe ser atendida, le dije que no se preocupe, yo prepararé el almuerzo y preparé las cosas para atender a las visitas. Incluso, le había comprado que debía ir a buscar más tarde. Mamá se cambia de ropa para recibir a mi tía y su familia. Mientras se prueba la ropa se toma un minuto para mirarse al espejo. No estaba mal, se contemplaba en ropa interior. Tenía un lindo culo, aun parado y sus pechos si bien no eran muy grandes se veían firmes también. Las palabras que le escribió Andrea retumban en su mente: “Cuantos hombres desearían estar contigo”. Se miraba al espejo pensando. Eso, le levantaba el autoestima. Se agarraba los pechos y ponía cara sexy frente al espejo. Aunque el hombre que deseaba que se fijara en ella era yo, pero pensaba que la había olvidado. El timbre la sacó de su trance. “¿Qué estoy haciendo” –pensó, se vistió y fue a la puerta. Recibe a tía Clara que por suerte venia sola, por dentro ella solo quería que se vaya de una vez, pero esboza su mejor sonrisa durante su estadía. Almorzamos, bebimos vino y mi tía le entrega su regalo de cumpleaños, mamá me mira algo decepcionada al ver que otras personas si recuerdan su cumpleaños y yo no. Después de una charla, tía Clara le dice que debe volver a casa porque saldrá con su familia por el fin de semana. Se despiden y termina la tortura de estar con la odiosa de mi tía.

Estaba un poco impaciente, cruzaba las piernas y miraba cada tanto su móvil esperando un mensaje de su amiga. Entonces, la abracé por detrás posando mis manos en sus tetas, le susurré al oído: “¡Feliz cumpleaños madre puta!”. “¡Mi cielo! ¡Pensé que lo habías olvidado!” –me dijo. “¡Claro que no, no podía olvidar algo tan importante!” –le dije. Le di un beso apasionado y empecé a manosearla con lujuria. En eso sonó el timbre y ella atendió un poco temblorosa, era Andrea. La tenía expectante saber qué es lo que pretendía su amiga. “¡Feliz cumpleaños amiga!” –le dice cuando mamá abrió la puerta y la besa en la mejilla. “Johnny me dijo que tenía preparada una celebración muy especial para ti y me invitó para ser parte de ella” –le dijo Andrea, tras una breve explicación. “¿No te molesta ser parte de esto?” –pregunta mamá. “Tranquila amiga, pasarás un buen momento, relájate, solo se vive una vez” –le dice ella. “No creo que te haya contado todo” –le dice mamá. “Claro que me contó lo del día de la madre. No pasará nada, mira lo q te traje” –le dice Andrea. Saco de una bolsa ropa sexy, la vestiría como una puta. Mamá estaba cachonda, no iba a negarlo, saber que su amiga sería parte de su secreto, la hacía mojar, pero hacer algo así delante de ella la ponía un poco nerviosa, una cosa era hacerlo solos y otra muy distinta hacer parte a su amiga. “Cuando Johnny me contó la forma en que te iba a celebrar el cumpleaños, lo pensé y dije tengo que estar en esa fiesta con Alanny” –le dice Andrea. Eso la envalentonó, estaba muy curiosa. Mamá no podía creer lo que estaba por ocurrir. Su calentura podía mas, su cabeza pensaba a mil por hora.

Su cabeza pensaba a mil por hora. “Vamos a mi cuarto” –le dice mamá a su amiga. Yo digo: “¿Para qué? Cámbiate aquí en la sala”. Mientras se cambiaba la ropa en frente de Andrea, yo la miro en silencio, sacando mi verga entre el cierre. “¡Qué buena estás Alanny! ¡Toda una hembra! –le dijo Andrea dándole una nalgada. Se miraba al espejo, tenía puesto un diminuto vestido negro, medias hasta los muslos y sin bragas, para completar unos zapatos con tacones, que la hacían ver exquisita. “Corrijo, a decir verdad te ves como toda una puta” –dice Andrea. “Ven mujer y vamos a la fiesta” –le su amiga y caminan donde estaba yo masturbándome lentamente, la primera en engullirse mi verga fue Andrea, la empezó a chupar despacio, pasando completamente su lengua por cada espacio de mi verga.  Se unió mamá y empezó a chupar mis testículos, yo bufaba de placer al tener a dos hermosas hembras prendadas a mi entrepierna.

Andrea dejó a mi madre para que se siguiera comiendo mi verga, ella fue hasta el refrigerador y sacó una botella de champagne, sirvió tres copas y las llevó para brindar. “¡Por Alanny! ¡Qué disfrute de más celebraciones como esta!” –dijo alzando su copa, nosotros alzamos la nuestra y bebimos. Ya sin más charlas de por medio, Andrea su unió a mi madre y entre las dos se turnaban para tragarse mi verga. “¡Desnúdate Andrea!” –le dije. Ella se quitó el corto vestido quedando completamente desnuda ante nosotros. Mamá al verla mordió su labio. “¿Te gusta lo que ves Alanny?” –le preguntó. “¡Me encanta! ¡Te ves tan perra!” –le responde mamá. Andrea agarraba sus tetas con sensualidad, invitando a mamá a que se pusiera perversa con ella. Se tendió en la alfombra de la sala con las piernas abiertas y se empezó a tocar con descaro. Mamá ya había entendido que nuestro secreto estaría seguro con su amiga y se fue gateando donde ella, se metió entre sus piernas y empezó a lamerle la vagina. Andrea gimió deliciosamente masajeando sus tetas, yo sin perder el tiempo, aproveché que mi madre estaba en cuatro, levanté su vestido y se la metí de una embestida. Me tomé sus caderas y me movía con fuerza. Los dulces y placenteros de ambas me tenían en las nubes. Mamá apretaba su vagina aprisionándome la verga con exquisitos espasmos. “Se nota que lo estás pasando bien Alanny” –le decía Andrea con una sonrisa perversa y gimiendo. Mamá asintió con la cabeza, tenía los ojos cerrados, disfrutando de mis embestidas y del sabor de los fluidos de su perversa amiga. Los dedos de mi madre separaban los hinchados labios de Andrea para deleitarse con la tibia de esos fluidos que destilaban de la vagina de su amiga. Andrea la miraba con lujuria y le decía que no se detuviera, estaba próxima al orgasmo.

La respiración de su amiga se aceleraba y su cuerpo se retorcía, era la muestra inequívoca de que el orgasmo estaba azotando su cuerpo, se sacudía como poseída y gemía, mientras sus dedos apretaban sus pezones. Mamá no se detenía, su vagina estaba palpitando con violencia, el orgasmo estaba a las puertas. “¡No te detengas Johnny! ¡Por favor hijo sigue metiéndola!” –me decía gimiendo. “¡Ven muchacho, trae esa verga aquí!” –me dijo Andrea. Fui hasta ella y se apoyó en sus codos para chupármela, me mordía el glande y se la tragaba. Para mi madre era fuerte ver a Andrea chupándome la verga, pero sin duda la calentaba más. Ya que al ver la manera en que su amiga se la devoraba era para calentar a cualquiera. Luego de chupármela un rato se sentó en el sofá y se sirvió champagne. Le quité el vestido a mi madre y la hice que se pusiera boca abajo en la alfombra con sus piernas separadas. “¡Oh, delicioso!” –gimió al sentir mi lengua recorriendo sus nalgas para perderse en su húmeda vagina. Jadeaba ella con placer mientras estimulaba su clítoris, haciendo que temblara de placer. Su amiga miraba la escena con entusiasmo mientras tomaba champagne. “¡Ah, así hijo!” –gemía mordiéndose el labio, estaba disfrutando como loca. Gemía ella más desinhibida, lo estaba gozando como zorrita. Le tenía un dedo en su culo y seguía pasando mi lengua por su palpitante clítoris. “¡No te detengas, sigue así!” –decía jadeando. Andrea se deleitaba con el show mientras se tocaba. Mamá ya no podía resistir más, estaba al borde de otro perverso orgasmo, su amiga no se perdía detalle, estaba igual de caliente que mi madre. “¡Oh, hijo, qué rico!” –jadeaba mientras tenía otro orgasmo. Entonces Andrea presa de la calentura, tomó la botella de champagne y empezó a pasarle la lengua y a chuparla, se notaba en los ojos de la puta amiga de mi madre que estaba caliente y debía apagar su calentura como fuera. Dejó la botella en el piso y se deslizó por el cuello entrándole en la vagina, empezó a moverse de arriba abajo lentamente, ya que llegaba hasta casi la mitad de la botella. Mi madre estaba caliente viéndola, se puso en cuatro y me dijo: “¡Johnny, dame verga por el culo!”.  Se abrió de piernas y dejó su culo en pompa mirando a Andrea ue disfrutaba de la botella de champagne invadiendo su concha. Se la metí de una embestida, que un grito de dolor salió, pero casi de inmediato empezó a seguir mis movimientos. “¡Qué culo tan rico mamá! ¡Es toda una delicia!” –le decía moviéndome con más fuerza. Mamá gemía con los ojos cerrados igual que Andrea, se escuchaban por toda la casa.

Ambas estaban calientes, con su libido al máximo. Mamá me pedía más, estaba insaciable; por su lado Andrea disfrutaba del nuevo juguete que había descubierto para saciar su perversión. Eran lobas hambrientas de lujuria, insaciables y pervertidas. Con lo perdido que estaba ante esa ola inmensa de pasión desbordada, se la metía con fuerza a mi madre, haciéndola gritar. Me detenía por unos segundos, agarraba sus apetitosas nalgas y seguía embistiéndola. El morbo era inmenso para los tres en ese momento. “¡Ah, mami, me encanta tu culo!” –le decía mientras la embestía con más fuerza. “¡Oh, sí, cógeme bebé! ¡Dale verga a tu mamita!” –me decía gimiendo. Estaba como una perrita en celo. Sus nalgas recibían con lujuria mis embestidas, mis testículos chocaban en su vagina. Andrea la miraba y sonreía mientras seguía con esos candentes movimientos sobre la botella de champagne. Me calentaba tanto verla como me calentaba estar cogiéndome a mi madre. Con mamá ya no podíamos resistir más y acabamos casi al mismo tiempo, fue idílico, delicioso, morboso. Andrea dejó la botella y se fue directo al culo de mi madre para lamérselo y degustar mi semen que chorreaba por ese delicioso agujero. Después de dejarlo limpio se volteó hacía mí y me la empezó a chupar, la escupía y me masturbaba, se la metía a la boca, me miraba con ojos de caliente. Ya había demostrado lo puta que era, pero aún quedaba más en su arsenal de perversión. Se puso en cuatro y me dijo: “¡Johnny, párteme el culo como a tu madre!”. Separó sus nalgas y expuso su agujero a mi vista, se veía apretado, ideal para abrirlo. “¡Cógeme de una vez Johnny!” –me dijo Andrea. Mamá miraba con sus ojos llenos de perversión, ni en el más húmedo de sus sueños imaginó que me cogería a su mejor amiga estando ella presente. Se sentó en el sofá y abrió sus piernas para tocarse y deleitarse al ver cómo me cogería a su amiga.

No me hice esperar a la petición de Andrea y se me la metí de golpe. “¡Ah, qué rico! ¡Muévete Johnny y rómpeme el culo!” –me decía. Todo era lujuria pura, mamá se masturbaba como loca al ver como se la metía con fuerza a su amiga. Las tetas de Andrea se bamboleaban al ritmo de mis embestidas. Ella jadeaba y gemía, incluso gritaba como loca al sentir como mi verga se hundía completa en su culo. “¡Oh Dios, qué placer!” –decía ella jadeando. Casi no se podía sostener, por lo que se acomodó en el piso dejando su culo en pompa para que siguiera usándolo a mi antojo. No necesitaba comodidad, solo quería ser cogida con violencia, quería que su culo tuviera evidencias de la tremenda cogida que le estaba dando. “¡Eso, Johnny! ¡Sigue así cariño! ¡Déjame el culo abierto!” –decía con exquisitos gemidos en sus labios. Seguí metiéndosela duro, rebotando en sus nalgas con lujuria. Sudábamos y disfrutaba de su rico culo como un enfermo. “¡Mira cómo está la zorrita de tu madre!” –me decía Andrea. Mami seguía masturbándose, metiéndose los dedos en su vagina y acariciando sus tetas con perversión. Nuestras miradas chocaron y me dijo: “¡Qué rico coges hijo! ¡Saca lo puta en Andrea, así como lo hiciste conmigo!”. Pronto Andrea estaba descontrolada, su culo palpitaba y se entregó a un delirante orgasmo que la hacía temblar y jadear. “¡Me tienes vuelta loca Johnny!” –me decía con una voz sensual y jadeante.

Estábamos los tres tirados en el piso besándonos y jugueteando con nuestros cuerpos sudados, pero satisfechos. Aunque la celebración todavía no llegaba a su fin. “Vamos a mi habitación, quiero coger más cómoda” –dijo mamá. A los dos minutos de estar en la cama mamá ya estaba cabalgando mi verga, mientras Andrea ponía su vagina en mi cara. Me estaba deleitando comiéndosela y sintiendo como mi mami se deslizaba con un ritmo endemoniado sobre mí. Yo estaba disfrutándolo al máximo. Bebía los fluidos de Andrea como si se tratara del mejor champagne, mientras los de mi madre quedaban impregnados en mi verga. Andrea se bajó y salió de la habitación, fue al refrigerador a buscar el pastel de cumpleaños. Venía con el pastel y las velas encendidas, un gorro de cumpleaños que colocó a mi madre mientras seguía moviéndose como posesa encima de mí. Mientras me la estaba cogiendo con Andrea cantamos la canción de cumpleaños, mamá sonreía al ver la tontería que estábamos haciendo, pero le gustó la morbosa ceremonia. Cuando sopló las velas con el poco aire que tenia, era la hora del mordisco; pero tendría una tónica diferente. Andrea puso el pastel en las tetas de mi madre y le dijo: “Felicidades putita”. Mamá sonrió y le dijo: “Gracias amiga por unirte a esta celebración un tanto particular”. Mamá se bajó de mi verga y tomó crema del pastel y pasó sus manos por las tetas de Andrea. Se veian sensuales en ese juego, yo me deleitaba viéndolas. Se lamian como buenas perritas, estaban llenas de trozos de pastel y crema en todo el cuerpo, lo que lo hacía más excitante.

Entonces me uní en ese excitante juego, metí mi verga en el pastel y se las dada para que la chuparan, ellas gustosas lo hacían comiendo el pastel directo de mi verga. Sus caras de placer era innegable. Me masturbe encima del pastel hasta acabar, ellas se comieron la mezcla de pastel y semen. Andrea se relamía los labios y mi madre disfrutaba con morbo. Se besaron apasionadamente y me quedé mirándolas con lujuria. “No sabía que organizarías algo tan rico hijo, me sorprendiste” –dijo mamá. “No te olvides de la invitada estrella” –le dije. “Sí, gracias amiga por ser parte de este secreto y por ser tan puta como yo” –le dijo a Andrea. Ella sonrió y le dijo: “Alanny, no tienes que agradecer, soy yo la que debe agradecer por este morboso momento y por la rica cogida que me ha dado Johnny. Se nota que sabe como complacerte”. Nos metimos a la ducha los tres a la vez, eso nos calentó mucho más, seguimos cogiendo como enfermos en el baño, hacíamos cosas sucias que sus mentes pueden imaginar muy bien, ya que no es necesario entrar en los detalles obscenos.

Nos acostamos los tres juntos, el cansancio era evidente. Nos dormimos casi al instante, pero en la madrugada estaban las dos chupándome la verga para que siguiéramos con la fiesta. Obviamente el cansancio y el sueño se fue, cediendo el espacio al placer, la lujuria y a lascivia. Cogimos hasta que los rayos del sol entraron por la ventana, total era domingo ya, por lo que no teníamos que preocuparnos por ir a la universidad y ellas ir a trabajar. Ahora que ha pasado un tiempo desde las celebraciones especiales, Andrea se viene a quedar los fines de semana en casa, nosotros la esperamos listos para hacer todas aquellas cosas morbosas que he hablado con mi madre que me gustaría hacer con las dos.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

2 comentarios: