Entradas populares

martes, 12 de marzo de 2024

111. El cumpleaños de Giovanna


 Desde la época del colegio soy muy amiga de Giovanna. Pasamos de todo juntas, desde lo bueno, lo malo  y lo feo. Con el paso de los años se convirtió en  una mujer muy simpática, siempre nos escribimos por el WhatsApp, así con el paso de los años nos contamos siempre de todo. Una tarde cuando estaba en mi hora de descanso veo un mensaje en el celular, al verlo era un número desconocido, por lo que no le tomé importancia, luego al rato otro mensaje del mismo número, intrigada abrí el mensaje y era Mery, amiga de promoción de Giovanna y mía, me estaba escribiendo porque quería hacer una fiesta para Giovanna para celebrar su cumpleaños, diciéndome que sería una sorpresa y me pedía que si por favor podría pasar por su casa para ver los detalles.

El camino de regreso a casa fue muy pesado, salí cansada de la oficina, así que cuando llegué al departamento de Mery estaba más muerta que viva, era como las diez de la noche las luces de la casa estaban apagadas, la zona en la que mi amiga vive es un poco movida, porque está frente a un parque en el que por las noches ocurren muchas cosas que mejor ni contar, aun así toque el timbre un par de veces, como nadie salía a abrir ya estaba por irme cuando siento una voz que me dice: “Sube”. Era, Mery, desde el tercer piso. Cómo venía de la oficina  y siendo época de verano mi ropa era de trabajo pero cómoda, una blusa con botones, la minifalda del uniforme bastante ajustada y corta, los zapatos con taco. Comencé a subir por la escalera de caracol que da al tercer piso donde vive Mery, a cada paso que daba sentía que la falda se subía, por lo que cada cinco pasos debía acomodarla nuevamente, en eso volteo y  veo abajo a unos tipos que pasaban por el lugar disfrutando del espectáculo que estaba dando al subir, apresuré el paso olvidándome de la falda que se subía sin que nada la detenga. Al llegar el piso de Mery ya tenía la falda prácticamente casi hasta las nalgas, me puse roja como tomate y la bajé para acomodarla, golpee la puerta y salió Mery, conversamos un rato y nos  pusimos a preparar las cosas para la fiesta que sería el día sábado, era miércoles así que había suficiente tiempo para organizarla bien.

No me di cuenta de la hora hasta que me llamó Alberto preguntándome por la demora, le comenté que pronto llegaría y me despedí. Ya de acuerdo para seguir con los preparativos era hora de volver a casa. Al bajar la escalera se repitió el problema de la falda, esta vez me acompañaba su hijo Luis bajando atrás de mí, al llegar al segundo piso veo que nuevamente algunos chicos abajo deleitándose de la vista, no le di mayor importancia y seguí mi camino.  Luis muy amable me pidió un taxi para que me lleve a casa. Al llegar  lo primero que hice fue quitarme los zapatos que me estaban matando, me puse cómoda, cene algo ligero, me puse a conversar con Alberto, mi esposo, contándole del pesado día en la oficina, le comenté que Mery le haría una fiesta solo para chicas a Giovanna, él se alegró, ya que sería una perfecta para mí de convivir con viejas amistades de la escuela.

Así pasaron los días hasta que el sábado en la tarde Alberto me miró muy pensativa, entonces me preguntó: “¿Qué te pasa?”. Le respondí: “Como sé a qué hora termine la fiesta, estaba pensando en quedarme en casa y no salir”. “Me dio un beso y me dijo: “Giovanna y Mery son tus amigas desde la escuela. Además, es el cumpleaños de Giovanna y no creo que le hagas ese tipo de desaire. Si quieres te puedes quedar en casa de Mery si ves que la fiesta se alarga. Anda y disfruta” –me dijo. Vi el hermoso conjunto que había escogido para la ocasión, así que me bañé, me maquillé, me vestí y llame un taxi para salir, justo cuando salía me llega un mensaje al celular, la fiesta seria en el departamento de julia. Al llegar eran como las 10 de la noche todo pasaba de lo más normal, los saludos los brindis, las fotos, las copas iban y venían, el baile, todo muy normal, era una reunión solo de mujeres. Éramos solo seis, todas de la promoción, pero de diferentes aulas, siempre había existido un poco de resentimiento, conmigo por el hecho de no haber andado con ellas en sus escapadas del colegio, me tenían por tímida. Como a las 11 de la noche, tocan la puerta, salgo a abrir y aparecen dos tipos altos que preguntan por Mery, le voy a avisar sin que nadie vea y regreso al salón. Llegó la hora de la torta, ya todas estábamos a tono con las bebidas, se apagaron las luces y aparecieron los dos hombres, uno con la torta a la altura de su cintura y el otro con una radio, nos quedamos con la boca abierta los dos estaban en trusa luciendo sus cuerpos formados. La radio se encendió y comenzaron un baile sensual al medio de nosotras, eran strippers que habían contratado para la fiesta, el que sostenía la torta la dejó a un lado y comenzó a bailar al lado de su compañero, era una locura. Nos agarraban y nos bailaban, nos incitaban, cuando de repente uno se quita la trusa, un grito de alegría mezclado con asombro un enorme pene había emergido apuntando al cielo, el otro tipo hizo lo mismo y otro pene igual de grueso y largo apareció, todas gritamos de euforia, uno de ellos se acercó y se puso frente a mí, me bailo muy sexy, sin darme cuenta el otro se había acercado por atrás, y se acercaron hasta sentirlos pegados a mí. Otro grito de las chicas, el de atrás me agarra el cabello lo hace a un lado y besa mi cuello, el del frente agarra mi cintura, las chicas aúllan por el espectáculo, cuando veo unas manos que los empujan más cerca de mí, ahora los sentía claramente. Comencé a escuchar las voces de mis amigas: “¡Agárrale la verga a los strippers, no seas aguafiestas!”. Como no me decidía, una de ellas me tomó la mano y la llevó a la verga del chico que esta frente a mí; la cosa se estaba poniendo muy caliente. El alcohol empezaba poco a poco a nublar mis sentidos, unas manos empiezan a acariciar mis tetas por encima de la blusa, dos chicas se estaban dando el festín con mis tetas, en un abrir y cerrar de ojos una de ellas se puso atrás mío bailando, me levanta los brazos recorriéndolos con las yemas de sus dedos, mientras la otra aprovecha para subir la blusa y sacarla por mi cabeza.

Sin blusa, con el brasier a la vista se me acerca el stripper que tenía atrás, me acerca su pecho, siento como su verga se pega a mi culo, mientras al otro chico Luisa se la está chupando, se había bajado el brasier sin sacarse la blusa y mostraba sus tetas mientras devoraba la verga del stripper. Las otras piden lo suyo y el que estaba detrás de mí restregando su verga en mis nalgas va hacia ellas, una a una les baila, las toca y deja que lo masturben. Luisa me ve sola y me lleva donde está el otro chico, hace que me arrodille frente a la verga del stripper, él agarrando su verga lo acerca a mi cara, me quedé mirándolo fijamente cuando siento que mi brasier cae al piso, Luisa había soltado los broches, como pude me cubrí. Mis tetas no son grandes, tampoco pequeñas, pero ya era muy tarde, las otras chicas querían verme sin brasier, solo Giovanna se quedó con el otro stripper, no sé qué fue de ella después. Como pude me senté en un sofá, lo que fue aprovechado por las chicas, una se puso a mis pies y desató las correas de mis zapatos, quitándomelos y lanzándolos lejos, las otras dos me agarraron el pantalón y por más esfuerzo que hice con una mano para no dejar al descubierto mis senos, en un parpadeo me lo sacaron, no podía creerlo estaba solo con tanga frente a un desconocido. Entre torpes forcejeos me agarré de la tira de la tanga sabiendo que era la única que faltaba en salir, no sé de dónde sacaron una navaja, pensé que me querían hacer daño cortándome pero lo que hicieron fue coger mi tanga y con dos  cortes la rompieron.

El stripper al ver el espectáculo se acercó hasta tenerlo frente a mí, no sabía que hacer con las manos cubriendo mis y mi vagina también estaba descubierta, veo que hablan entre ellas y me toman una de cada pierna llevándome hacia adelante y tratando de separarlas, como pude me cubrí, cuando apareció el que se había quedado con Giovanna, ella se había quedado dormida por el alcohol, él se fue al baño sin imaginar lo que pasaba, cuando volvió se dio con lo que ocurría decidió sumarse al show animado por las chicas. Me dolían las piernas y poco a poco fueron cediendo, abriéndose una a cada lado, no sé en qué momento uno de los strippers se agacho teniendo un primer plano de mi depilada vagina a medio cubrir, el otro lamía el borde de mis senos, cuando siento una lengua en mi ano, instintivamente acerqué mi otra mano para cubrirlo, cosa que fue aprovechada por el que lamia mis senos, ahora sueltos quedaron a su disposición, su boca se apodero de mi pezón como un bebé, con las manos apretaba mis tetas con descaro y lujuria.

Una mano fuerte pero delicada sacó mi mano que cubría mi vagina y la llevó al verga del chico que me chupaba magistralmente las tetas, ahora la lengua se clavó en mi clítoris, lo succionaba, lo lamía, ya no oponía resistencia, las chicas me soltaron se sentaron a disfrutar el show, tenía a un stripper agarrado de la verga mientras me apretaba las tetas y los pezones, y al otro lamiéndome la vagina y el culo en un vaivén enloquecedor. Empecé a gemir como loca mientras masturbaba al que estaba frente a mí. Ya no pude más y me metí la verga a la boca, era increíble por más que abría la boca no alcanzaba a meter más que el glande y un poco del tronco, lo lamí de arriba abajo, mi lengua lo recorría por completo, se sentó a mi lado agarrándome de la cabeza haciendo que me incline para seguir chupándola, mi cuerpo se inclinó dejando mi redondo culo al descubierto.

El que le lame mi vagina se para, tomándome de la cintura, haciendo que me ponga de pie, pero el otro me suelta la cabeza quedando agachada chupando esa verga que me tenía fascinada. Al ver que no separaba las piernas, abre mis nalgas metiendo su lengua en mi ano, haciendo que una descarga eléctrica recorra mi cuerpo, poco a poco su lengua busca llegar a mi vagina, mis piernas se separan solas, ahora tiene acceso para para lamer completamente toda mi intimidad, mis rodillas se doblaban ante las sensaciones de placer, el que está sentado se pone de pie y cambian de lugar. Ahora se la chupaba al otro, su verga era igual de grande y dura, siento que unas manos abren mis nalgas, mete un dedo en mi vagina, mientras lame mi ano, su lengua sube por mi espalda y ocurre lo inevitable, su verga busca la entrada a mí ya lubricada y hambrienta vagina. Se acomoda y lentamente siento como mi concha se adapta ante la invasión de esa palpitante verga. Lentamente va más y más profundo siento como si me partiera en dos, mis manos empezaron a temblar, mis ojos perdieron la visión, mi boca se abrió por completo y mi garganta emitió un sonido agudísimo, era demasiado, cada vez lo sentía más profundo. Había llegado hasta donde nadie nunca llegó, las sensaciones eran múltiples, por un lado miedo de que me hiciera daño, por otro lado excitación y también el deseo de probar, el glande llegó al tope, chocando con mi matriz pero nada impidió que siguiera avanzando, mi cerrada matriz se fue abriendo ante el intruso, acogiendo toda su glande palpitante, me dejo sin respiración, era imposible nunca imagine algo tan exageradamente largo y grueso.

Cada embestida era más profunda, mi cuerpo temblaba, así estuvo no sé cuánto tiempo, ya había perdido la noción, cuando siento el orgasmo llegar, a cada movimiento más se acercaba, hasta que con un grito llegó junto con espasmos, mi cuerpo se convulsionó, mis piernas me fallaron y el que me cogía tuvo que agarrarme por la cintura para no caer al piso, estaba como en trance, sacó su pene; yo era una muñeca de trapo, estaba consciente pero mi cuerpo no respondía, me movían acá y allá pero no reaccionaba, podía escuchar los gritos de las chicas viendo el espectáculo. Cuando abría los ojos las veía incluso masturbándose por lo caliente de la situación. El stripper que le estaba chupando la verga se acostó en el piso, me acercaron a él, esperaba su turno, este al ver que me llevaban agarró su verga y la puso en posición. No sé cómo hicieron, pero me dejaron en horcajadas sobre él y su verga se empezó a meter con dificultad en mi vagina, no tuve tiempo de reaccionar y otra vez me estaban cogiendo. No tuvo ninguna delicadeza, el stripper me agarró las tetas presionándolas con fuerza, parecía que me las quería arrancar, se movía rápido, las penetraciones eran fuertes, muy violentas, mi aun palpitante e irritada vagina recibía un nuevo intruso, igual de grande pero mucho más grueso, solo necesité unas cuantas embestidas para explotar en un nuevo orgasmo mucho más intenso que el primero, esta vez su intensidad me dejó casi inconsciente, mi cuerpo convulsionaba sin poder detenerlo, caí rendida sobre el pecho del que me la metía, no sentía nada, solo escuchaba ruidos a lo lejos, gemidos o algo parecido, luego un ruido muy fuerte como de alegría y me desvanecí. No sé cuánto tiempo pasé con la conciencia perdida, me imagino que no mucho tiempo ya que al despertar estaba aún encima de él y seguía cogiéndome, solo que ahora sentía algo distinto, algo se metía entre mis nalgas, no era el otro porque lo veía con dos de las chicas, pero faltaba una de ellas. Sentía algo extraño entre mis nalgas era algo frio y duro, al principio no le di mucha importancia ya que pensaba que solo eran juegos de las chicas para excitarme y siguiera cogiendo con el stripper, sentía que algo recorría mi culo de arriba a abajo. Cuando escucho una voz de una de las chicas que dice: “Pásame mi bolso”. En mi inconciencia imaginé se estaba por marchar, pero lo que hizo fue sacar un frasco pequeño con lubricante, me imagine que era para lubricar la verga que me tenía ensartada, pero me equivocaba, lo que hizo fue echarme el lubricante en el culo, sentía como el frio lubricante comenzaba a resbalar por mi culo y de repente siento un dedo jugando con mi ano, hacia círculos a su alrededor presionaba intentando entrar.

Les confieso que nunca en mi vida había hecho sexo anal con nadie, ni siquiera con mi marido. Mis parejas me lo pedían pero siempre me negué por el miedo al dolor, ya que he escuchado que es sumamente doloroso ni siquiera me había intentado meter un dedo cuando me masturbaba por lo que mi oculto y pequeño ano estaba completamente virgen, el sentir esta invasión en mi ano me hizo dar un pequeño salto lo que aprovechó el otro stripper que regresaba y metió su verga en mi boca, otra vez tenía a los dos stripper gozando con mi cuerpo. El dedo intruso fue haciéndose camino lentamente en mi ajustado ano, cada vez lo sentía que entraba más, la sensación fue suave placentera ya que esperaba que me doliera mucho pero no fue así, la chica que me metía el dedo se dio cuenta que no ponía la menor resistencia, por lo que siguió con su tarea. Ahora intentaba meter dos dedos, comencé a sentir como mi ano se fue dilatando, a pesar que los dedos de la chica eran delgados sentía que mi ano se ensanchaba poco a poco, así pasaron cerca de 5 o 6 minutos, no llevé la cuenta del tiempo. Entonces la chica llama a otra de las que estaban rodeándonos, esta se acerca y logro escuchar: “Está en el cajón”. No entendí a qué se refería. La chica regresó con algo escondido en su espalda, no lograba ver que era, La chica entonces pide que me ayuden a pararme, me llevan al sofá donde uno de los strippers ya se había sentado. Me ponen de rodillas en el piso y el stripper me agarra de la cabeza y mete su verga en la boca, se la empecé a chupar como loca. Después de un rato comiéndome esa deliciosa verga, me suben en el sofá, me pusieron en cuatro y seguí disfrutando de esa verga con la boca, en eso siento un: “¡Oh!” largo de las chicas que me rodeaban. No sabía que pasaba, alguien preguntó: “¿Todo eso le meterás?”. Entonces escucho la respuesta sí. Sin esperarlo nuevamente algo intenta ingresar en mi ano, pero esta vez no son dedos se sentía distinto era más duro y grande para ser un dedo.

Aún sin saber a qué se referían, sentí que algo intentaba entrar en mi ano, pero la sensación era diferente, no era como un dedo era algo extraño, al principio no se sintió mucha presión, sentía que algo se movía de arriba a abajo, de un lado a otro, pero luego sentí como poco a poco aumentaba la presión, cada vez lo sentía presionado para entrar, mi pequeño ano luchaba por mantenerse cerrado. Comencé a sentir miedo al pensar que era el otro stripper que estaba tratando de meterme su verga en el culo, pero de reojo lo pide ver parado al lado masturbándose. En la posición que estaba no podía moverme ni ver nada, solo sentía como algo luchaba por entrar cada vez más con más insistencia en mi culo, mientras yo estaba con la boca llena de verga. Escuchaba a las chicas decirle: “Despacio o le harás daño”. La respuesta fue: “Tranquilas, van a ver como se la come entera”. Cada vez me sentía más asustada. ¿Qué era lo que me iba a comer entera? ¿A qué se refería? Un ardor en el culo me sacó de estos pensamientos, sentí como empezaba a entrar algo, se sentía enorme y duro, entraba un poco y salía, luego volvía a entrar esta vez un poco más y volvía a salir, entonces escuché: “¡Pásame el lubricante que esta perra tiene el culo cerrado!”. Al oír esto, el stripper que estaba parado se dio cuenta que mi ano era virgen y no quiso perder la oportunidad de desvirgar mi culo, así que se puso atrás de mí donde estaba la chica, para ver si era cierto, y dijo: “¡Esto es mío!”. La chica se puso a un lado, sentí todo su pene puesto en mi culo, me empezó a dar pequeños golpes en las nalgas agarrando su inflamada verga, la pasaba de arriba a abajo como marcando su terreno, pide lubricante y la chica dice: “Enséñale lo que se iba a comer su culo”. Él sonrió y lo puso ante mis ojos para decir: “No sabes de la que te has salvado perra”. Me quedé petrificada cuando lo vi, era un enorme consolador en forma de verga de color negro lo que estaban tratando de meter en mi culo, me hizo pensar cómo diablos iban a meter todo eso en mi culito si nunca entró ni un solo dedo, mi mente volaba al ver tremenda monstruosidad.

Al compararlo con la verga que me tenía atragantada, esa parecía un pequeño juguete en comparación con el consolador, mi mente alucinaba cuando sentí que el otro stripper coloca su glande en la entrada de mi culo, intenté soltarme, gritar pero me habían agarrado las nos y no podía moverme mucho menos gritar. Alguien aprovechó para frotarme los labios vaginales en busca de mi clítoris, no debía ser difícil la tarea en la posición en la que me encontraba, en cuatro con las piernas abiertas a disposición de quien quisiera usarlos. Algo me saco de mí, un flash de una cámara y una luz potente que me enfocaba, me estaban grabando, no sé en qué momento habían empezado pero me di cuenta que las chicas estaban sacando fotos y filmando la escena, bromeaban diciendo: “Esta será su primera película porno. La vamos a hacer toda una estrella porno en internet, van a ver cómo hacemos buena plata con este video”. Sentí que el mundo se me caía a los pies, que pasaría si mi esposo o alguno de sus amigos del trabajo, o algún vecino, algún conocido viera ese video, sería el fin para mí, como podría salir a la calle, ir de compras, trabajar tranquila, imaginariamente me vi caminando por la calle señalada por las mujeres y acosada por los hombres y eso me puso caliente, no sé por qué, tal vez sean las contradicciones del placer. La sensación de que el orgasmo estaba cerca me sacó de la mente el pensamiento, preocupada aun por las consecuencias traté de aguantar, intente terminar con todo levantarme e irme pero fue imposible moverme.

Sentí como alguien movía el respaldo del sofá, era de esos que se convierten en cama, el chico que jugaba con mi ano me recostó de lado, poniéndose el atrás de mí, sentí unas manos que me agarraban las caderas, aterrorizada por la sensación de como esa verga entraba poco a poco en mi culo cada vez más profundo. No me movía, solo sentí como empujaba, el dolor era suave al principio pero después se hacía más fuerte, esto más la sensación de ser masturbada y estar tragándome una verga por la boca comenzó a causar un efecto de tal placer que empecé a seguir el ritmo de como mi culo era perforado. Ya no podría aguantar más la llegada del orgasmo, por un lado tenía la sensación que me estaban partiendo por la mitad, mi ano sucumbía ante una sensación placentera que ardía y quemaba, cada vez se siente más dilatado, y por el otro la llegada del inevitable orgasmo, lo que más aumentaba la excitación era el saberme filmada y fotografiada. El dolor que sentía me tenía paralizada de terror, solo mi cuerpo se movía sin control, viendo esto la chica frotaba mi vagina aumentó el ritmo haciéndolo frenético, el otro stripper que me tenía atragantada con su verga me soltó dejando mi boca libre y empezó a lamer mis pezones, ahora estaba fuera de control, mis gemidos se comenzaron a sentir más fuerte. Mis caderas se movían solas cuando siento que el stripper que me tiene ensartada por el culo se detiene y es él quien comienza a frotar mi vagina, haciendo presión contra su palpitante verga, comenzó lo inevitable, los espasmos del orgasmo. Mis caderas empezaron a temblar en ritmo desenfrenado, yo era una gelatina que temblaba, mi boca no se podía cerrar de mi garganta, solo salían ruidos y gemidos, sentía como el glande del stripper palpitaba en le entrada de mi aun estrecho agujero, entonces a causa del orgasmo en un movimiento involuntario de mi cuerpo hizo que mi culo se pegue más a su cuerpo, yo misma sin querer me clave más de la mitad de la enorme verga de golpe. Un grito que seguro lo escucharía todo el edificio salió de mi garganta, me habían desvirgado el culo, caí en un profundo sopor a causa del enorme y explosivo orgasmo que había tenido, sentía que mi cuerpo convulsionaba y con cada convulsión yo misma me penetraba más y más con la enorme verga invasora, el stripper siguió frotando mi vagina, por más que apreté un poco las piernas, la mano siguió con su tarea, ahora estaba siendo clavada analmente por el stripper sin encontrar ningún esfuerzo de mi parte por detenerlo, la sensación del orgasmo y la penetración anal fue algo nuevo e indescriptible para mí, apretaba mi ano lo más que podía pero siempre se terminaba abriendo ante esa verga caliente y palpitante que entraba y salía de él, cuando menos lo pensé ya tenía toda la verga dentro mío bombeando con fuerza mi dilatado y irritado ano, ya no había marcha atrás, ahora todo era mete y saca, las embestidas se hicieron más fuertes y profundas cada vez, sin poder más emitir un grito muy agudo mi cuerpo se estiró y un enorme chorro comenzó a salir de mi vagina, parecía que una cascada saliera de mi interior, la fuerza con la que salió era increíble, salpico a varios de los espectadores que presenciaban el show o lo filmaban.

 “Mira como ha explotado la muy perra, es una verdadera puta” –se decían unas a otras. “Esto te va a costar perra” –oí a una de las chicas mientras me mostraba su celular todo mojado y chorreando, yo no entendí nada en un momento; caí nuevamente en un estado como desmayo, pero podía oír todo lo que ocurría y entonces escuché: “Déjame un poco, que también quiero disfrutar de ese culazo”. Sentí que salía de mí y mi culo tuvo un poco de alivio, se movieron y cambiaron de sitio, ahora era el otro chico quien me penetraba analmente, ya no podría decir nunca más mi estrecho agujero, porque me imaginaba como estaría quedando, me recordó las películas porno que a veces veía con Alberto, en las que chicas terminan siendo penetradas brutalmente por dos o más hombres que les dejaban abiertos la vagina y el culo. Ya no podía hacer nada, siento como esa verga entra y sale sin mayor dificultad, cuando comienzan a tomarme de los brazos intentando levantarme, mi cuerpo era su juguete, mi mente no podía manejarlo. Me levantan y me agarran para no caer ya que mis piernas no respondían, luego me obligan ponerme de espaldas con las piernas abiertas y entre ellas las de uno de los chicos, una mano acaricia mi vagina, toma su verga y la dirige a mi ano, no sentí mucho dolor cuando entró de lo dilatado que se estaba, pero nuevamente comenzó el mete y saca, mis piernas inertes son agarradas y separadas una a cada lado, prácticamente tenía las rodillas contra mi pecho, dejando un primer plano de mi vagina abierta y de la verga penetrándome incansablemente por el culo. “Filma bien” –se oía. “Grábala de cuerpo entero, su cara también, Mira la cara de placer que tiene la puta” –escuchaba decir a las que eran mis compañeras de colegio. “Vamos a hacerla sentir placer de verdad, ¿qué dicen? Vamos a terminar de una buena vez con esto” –dice uno de los strippers. Siento una mano que acaricia nuevamente mi vagina, me ponen en cuatro y uno mete su verga en mí abierta y mojada concha. Entonces siento que el otro se sienta en mis caderas y me ensarta su verga por el culo, de mis labios salió un “¡no, por favor!” casi tan débil que creo no lo oyeron. Una nueva oleada de gemidos escapó de mi boca, veía una luz moverse de un lado a otro, se veían los resplandores de los flashes de las cámaras, estaban inmortalizándome en una doble penetración con dos strippers, era increíble el placer que sentía, mis tetas se movían como si quisieran escapar, de un lado a otro sin control.

Las penetraciones y mis gemidos se hicieron cada vez más fuertes, otra vez sentía como comenzaban los espasmos del orgasmo ahora más intensamente, ahora era yo la que movía las caderas penetrándome, de pronto se detienen, y cambian de posición, en un arranque de lujuria pedía que me cogieran con fuerza y les pedía que no tuviera consideración, ya estaba totalmente entregada. Entonces uno de ellos me toma sobre él, hace que mis piernas lo rodeen y mis brazos hicieran lo mismo en su cuello, su verga se mete en mi vagina haciéndome gemir de placer, entonces el otro se pone detrás y ensarta mi culo, los dos se movían de manera salvaje estando de pie, me caliento de solo recordarlo o cuando lo veo en algún video. Mi lujuria estaba ya desbordada, había perdido toda conciencia de recato o pudor, solo gemía y gritaba disfrutando de la manera más perversa que podía de ese intenso placer.  En un relámpago de lucidez pensé: “¡Como puedo ser tan puta, Dios mío!”. Más pudo la calentura, mi irritado agujero era penetrado a un compás bestial, igual que mi vagina,  mis piernas empezaron a flaquear, mis caderas intentaban seguir el ritmo pero no podía, todo el ambiente olía a sexo. De pronto, exploté en un orgasmo, el mejor de toda mi vida, largo y placentero, pero no fui la única que acabó, el que me estaba cogiendo la vagina me la ensartó con fuerza hasta el fondo y sentí enormes oleadas de semen que inundaron mi congestionada e irritada concha, los chorros no paraban, uno tras otro me llenaron completamente haciendo más prolongado mi éxtasis. No pasaron veinte segundos cuando sentí que el que me la metía por el culo también comenzó a llenarme de semen, mi culo estaba irritado, ardía, estaba también completamente sudada, muy cansada llena de semen pero lo que más me sorprendió es que no estaba arrepentida. Cuando me soltaron se fueron a sentar al sofá y a gatas me acerqué a ellos para darles una mamada que los dejó muertos, primero tomé a uno con la boca mientras al otro lo pajeaba con la mano, así cambie varias veces, hasta que logré no sin mucho esfuerzo que me bañaran literalmente en semen, el primero explotó en mi boca abierta, salió tal cantidad y con tal fuerza que me saltó a los ojos y el cabello, tenía toda la cara llena de semen, el segundo acabó en mis tetas, me bañó de la cintura para arriba. Ya no resistía más, solo quería descansar por unos minutos y que mi cuerpo volviera a la normalidad, cerré los ojos por un momento y dije: “¡Esto ha sido brutal!”. En eso Mery se acerca y me dice: “Ese era el regalo para Giovanna pero la muy tonta se puso a tomar como si no hubiera mañana y tú fuiste la afortunada”. “Vaya regalito que iba a recibir” –le contesté. No sé en qué momento los stripper se fueron, pero después fui testigo de la más sensual orgia lésbica que mis ojos hayan visto, todas estaban tan calientes que entre ellas se empezaron a coger deliciosamente, no sabía si unirme o descansar pero verlas llevó mi mano a mi conchita y me masturbé viéndolas en ese frenesí sensual de sexo desmedido y sucio, tanto que Julia, la dueña del departamento subía y bajaba por ese bestial consolador negro mientras dos chicas le comían las tetas.

Luego de eso me acerqué donde estaba mi bolso y vi más de 10 llamadas perdidas de Alberto, por lo que tomé mi ropa junto con todas mis cosas y me fui al baño del departamento, para asearme un poco, vi la hora, eran las 6:00 am, el tiempo había volado. Llamé a Alberto me preguntó que había pasado que por que no respondía sus llamadas, le dije que con la bulla de la música no había oído el teléfono. “No te llamaba para regañarte, sino para saber cómo estabas y si querías que te fuera a buscar” –dijo con ternura. “Sí, creo que sería lo mejor, ya que estoy muerta, a pesar de ser solo mujeres nos alocamos un poco” –le respondí. Llegó como en 40 minutos, tiempo de sobra para ducharme, secarme el cabello y acomodar mi ropa nuevamente para salir como si nada hubiera pasado, aunque me costaba un poco caminar. En el camino me preguntó: “¿Lo pasaste bien?”. “No te imaginas cuanto, tanto que me tiemblan las piernas de tanto bailar. Además, tuve que lavarme el cabello porque las chicas algo mareadas se pusieron a jugar con la crema del pastel y no quería estar toda pegajosa” –le dije.

Ya han pasado tres meses desde aquella noche, aún hay noches en que sueño con lo ocurrido aquella vez y me despierto sudando, con la vagina empapada y muchas veces con la sabana mojada. Ayer me llamó una de las chicas, me dijo que espere un paquete que me llegará. “Disfrútalo” –me dijo. Hace como una hora llegó un cartero con un paquete, cuando lo abrí había un disco con un blueray que decía: “LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS GIOVANNA”. Ya se imaginaran que tenía grabado ese video.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

2 comentarios:

  1. Wao que buen relato y sobre todo que buena fiesta Caballero excelentes líneas felicitaciones como siempre 👏

    ResponderBorrar
  2. Excelente relato de sumisión y placer desbordado.
    Muy buenas líneas de lectura

    ResponderBorrar