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viernes, 19 de enero de 2024

92. Papi me enseñó a ser una buena chica


Me llamo Maxi, tengo 19 años y soy lo que se conoce como un “femboy”. Me gusta vestirme como una chica y actuar como una sin ser totalmente trans (uso el pronombre “ella” al estar vestido), aún sin tener tetas, con ejercicio he tenido una cintura, caderas y piernas marcadas como una chica, destacando mi culo que lo he formado muy bien. Mi padre tiene 42 años es un hombre robusto, más alto y fuerte que yo, igual que serio y duro, y por eso me sorprendió bastante lo que pasó.

Tengo algunas prendas de chica escondidas, especialmente ropa corta o trajes eróticos que marquen mi cuerpo, vivo solo con mi padre así que suelo usar esa ropa cuando él no está en casa y esto paso hace unos meses. Sabía que papi saldría tarde del trabajo ese día, así que, llegando de la universidad me di un baño y saque mi ropa del escondite, me vestí y arregle toda.

Mi cabello es largo así que solo lo peiné, me maquillé y me vestí con un conjunto de colegiala del personaje Astolfo, un top blanco con rayas rosas, la cintura descubierta, una falda corta que iba de mis muslos a mis caderas que al agacharme dejaba ver una parte de las bragas blancas que llevaba, más abajo unas medias blancas que apretaban mis muslos y unos tacones negro que me hacen ver un poco más alta y sexi. Estaba haciendo quehaceres de la casa y cosas mías mientras escuchaba música, estaba arreglando el cuarto de papi y mientras limpiaba sentiría una mano en mi hombro que al voltear estaría mi papi frente a mí mirándome serio. “¡Ah! ¿Pero?” –dije con nerviosismo. “¿Quién eres?” –preguntó papi. “Emm…” –atiné a responder. “¿Espera? ¿Maxi?” –preguntó. “Emm… Sí” –dije bajando la mirada.

En ese momento sentí que todo mi mundo se caía a pedazos y que él estaría muy molesto o algo así. “Pero, ¿por qué estás vestido así?” –me preguntó envuelto en dudas. “Bueno papi, me gusta vestirme así” –le respondí con un poquito de valor. “Vaya, ¿en serio?” –preguntó sin salir del escepticismo. “Sí, me gusta” –le contesté. Esperaba que dijera algo enojado o algo así pero en su lugar sentí cómo sus brazos me rodeaban en un fuerte abrazo, se separó y me miró con una linda sonrisa. “¿Desde cuándo lo haces?” –preguntó con curiosidad. “Desde hace unos meses papi” –le respondí. “Parece que tienes práctica, te ves muy… ¿bonito o bonita?” –me dijo deteniéndose para formular su pregunta. Sonreí y le dije: “Bonita papito”. Aún estaba muy nerviosa y me puso más nerviosa el notar como papi me miraba de arriba abajo y por todos lados, como un cazador asechando a su presa. “Te ves muy hermosa así y muy sexi” –dijo él. “Gracias papito, no creí que te gustara como me veo” –le dije con una sonrisa y algo confundida, no quería malinterpretar las señales. “Si, me gusta cómo te ves, eres una sensual colegiala” –dijo él. Cuando me dijo eso, me abrazó de nuevo y me dio un fuerte apretón de nalgas y antes de que le pusiera decir algo, me tomó del rostro y me empezó a besar la boca sin separarnos, mientras llevaba mi mano a su entrepierna sintiendo su dura erección. “¡Uy papi! Veo que si te gusta mucho” –le dije con la calentura recorriendo mis venas. “¡Oh, sí que me gusta! ¿Me ayudas con esto amor?” –me dijo igual de caliente que yo. “Sí papi, encantada” –le respondí.

Había visto muchos videos donde otros femboys tenían sexo con vergas más grandes a las suyas u hombres maduros y yo quería probarlo, que mejor que hacerlo con él. Me puso de cuclillas apoyada en los tacones mientras se iba quitando la ropa. Lo hizo rápido y a los poco segundos ya tenía su verga dura frotándose en mi rostro mientras, yo empezaba a tener una erección, con un dedo abrió mi boca y me hizo sacar la lengua húmeda pasando toda su verga en ella, hasta que vio que me estaba moviendo sola y empezó a acariciar mi cabeza. Mis manos acariciaban sus piernas mientras mi boca caliente humedecía su verga y él tomaba mi cabeza llevándola a dónde quería que chupara, tenía los ojos cerrados disfrutando el sabor de su verga y lo pervertida que me sentía al chuparla con tantas ganas. Llegué a la punta y sentí sus dos manos en mi cabeza, de sorpresa una embestida en mi boca penetro mi garganta y chupaba más tu verga enseguida de varios chorros de saliva que escurrían de mi boca, abrí mis ojos y el me veía de forma sexi usando mi boca a su antojo.

Después de un rato sacó su verga y mientras tomaba aire me puso de pie y me beso apretando con fuerza mis nalgas, me puso sobre la cama y me dijo “ponte en 4 puta”, lo hice y mientras una de sus manos se frotaba en mi agujero la otra bajaba mi cabeza par empinar más mi culo. Levanté la mirada estando frente al espejo y vi mi culo bien empinado frente a la verga de mi papi que estaba bien dura y lubricada por mi saliva, sintiéndome muy sumisa, papi uso sus dedos para lubricar mi agujero y metió dos dedos para dilatarlo un poco. Su otra mano levantaba mi cabeza para que se viera mi rostro en el espejo y sacó sus dedos frotando su verga en mi agujero y empujando la punta dentro de mí, mi erección era potente, me sentía tan caliente y él masturbaba mi pene mientras metía su verga. “¡Ah! ¡Cógeme papito!” –le dije sintiendo como mi culo le permitía el paso a su verga, él seguía a su vez jugando con mi pene que se ponía más duro en su mano; me encantaba ser la sucia putita de papi en ese momento. “Comete mi verga amor!” –me decía, hasta que su verga se perdió por completo en mi cuito. Se tomó de mis caderas y empezó a embestirme con fuerza. Mi rostro junto a mis gemidos mostraban lo excitada que estaba de perder mi virginidad anal con la verga de mi papi y por lo que me dijo mi culo estaba bastante apretado. Me la metía toda mientras yo mordía una almohada y mis ojos subían excitados.

Se quedó quieto unos segundos y hacía palpitar su verga dentro de mí. Poco después se comenzó a mover y mis gemidos sonaban muy femeninos, me sentía una chica por eso y la ropa que llevaba, él jugaba mucho con mis nalgas que rebotaban en cada embestida. No sé cuánto tiempo me estuvo dando así, solo sentía su verga entrar con fuerza y sus manos darme múltiples nalgadas que me excitaban más, le pedía que me azotara más, quería que dejara mis nalgas marcadas por sus poderosas manos. Me estaba usando como su juguete sexual, y en un momento dio fuertes embestidas y saco su verga apreciando mi agujero bien dilatado. “¡Tienes un culo delicioso! ¡Eres toda una mujercita!” –me decía mientras observaba mi culo abierto por su divina verga.

Me puso boca arriba, levantando mis piernas, y metió toda su verga, de nuevo me masturbaba más rápido, no solo quería darme con el culo, quería hacerme acabar con su mano, me sentía toda una putita; le pedia que me la metiera con más fuerza, quería sentir mi culo lleno de su semen, que viera que su nenita estaba para complacerlo y para que él hiciera lo que quisiera conmigo. Nos mirábamos con lujuria, podía sentir como sus ojos me quemaban al verme disfrutar de la increíble cogida que me estaba dando. Mi pene que no aguantó mucho, entre sus embestidas y la forma en que me masturbaba, empecé a eyacular sobre mí, estaba cubierta de mi semen y gustosa lo recogí para lamerlo y tragármelo, aumentando la calentura en papito que me la metía como un loco y yo seguía sus perversos movimientos.

Me miró sorprendido y empezó besarme mientras mis gemidos salían directo a su boca, me empezó a dar bastante duro y de la nada se quedó quieto, estaba confundida hasta que sentí su semen salir dentro de mi culo y me apretaba con fuerza hacia él para soltar toda su carga de esperma en mi culito que estaba abierto para él.  Mientras nos besamos abrí mis ojos con el moviéndose para dejarme llena con su semen, poco después sacó su verga y se acostó a mi lado dejando de besarnos, mientras tomaba aire, me levanté y vi mi culo bien abierto en el espejo y como su semen salía de el, lo voltee a ver y me dijo que me acostara a su lado.

Seguía vestida porque le gustaba verme así y me besó un poco más, después me dijo: “¡Quiero que me la chupes! ¡Eres toda una putita!”. Claro que obedecí su petición y metí su verga en mi boca. Era tan excitante y tan perverso verme chupándole la verga a mi papito, pero me encantaba la forma en que bufaba y me calentaba más sabiendo que le gustaba que fuera su nena puta. Me la tragaba completa, era tan delicioso sentir esa verga en mi garganta, mientras él jugaba con mis nalgas y de vez en cuando me daba una nalgada que me hacía estremecer, para él era su juguete, era su objeto de placer y sin duda él lo disfrutaba tanto como yo. Cada vez su verga se ponía más dura en mi boca, él gemía de placer al sentir que mi lengua lo recorría hasta sus testículos. “¡Métetela en boca, voy a acabar putita!” –me dijo. Al instante y obediente lo hice, cuando su verga sintió que me la estaba tragando, se descargó con abundantes chorros de tibio semen. Era tan delicioso sentir como sus fluidos llenaban mi boca, Sin sacarla de la boca bebí hasta la última gota de su semen, quería hacerlo sentir orgulloso de tener una zorrita en casa para saciar su calentura de macho. Cuando mi tarea ya estaba cumplida, me abrazó y me acarició mientras me quedaba dormida en sus brazos.

Al otro día al despertar me dijo: “Quiero que me esperes todos los días como la putita que eres, para usar tu culo y boca a mi antojo, Cuando esté en el trabajo me vas a mandar fotos de la putita que tengo por hija”. Desde ahí me volví la puta personal de papi y me folla de lo más duro, cada que quiere, me compró mucha ropa de chica, especialmente faldas cortas y me visto como él quiera verme ya sea en la casa, la calle o en nuestras noches amorosas. Yo me sentía emocionada de ser la putita de papi y que me usara como él quisiera. No había día en que llegara a cogerme y hacerme gemir, mi culo ya se había acostumbrado a su verga, era su sucia puta; incluso me dio un nombre de chica, lo que me encantó.

Una de esas tardes llevó a uno de sus amigos del trabajo para beber unas cervezas pero no me dijo que vendría acompañado. Lo espera vestida como una sensual maid, de rodillas en la puerta. Cuando abrió la puerta me sorprendí, me iba a poner de pie pero él dijo: “Sigue así”. Obediente a los deseos de mi papi permanecí de rodillas mirándolo con deseo. “Te presento a mi hija Sabrina” –le dice a su amigo. Él un tanto confundido le dijo: “No era que tenías un hijo”. “Tú lo has dicho, ahora es Sabrina, mi hija y mi puta” –le dijo papi sin pudor. “¡Mierda! Ya veo. Pues es muy linda y obediente por lo que se ve” –le dijo su amigo. “Es muy obediente” –dijo papi. Caminaron por la sala y yo iba detrás de ellos como una gata en celo siguiéndolos. “Salúdame como corresponde” –dijo papá. Me causó demasiada excitación que me digiera eso, ya que mi forma de saludarlo era chuparle la verga apenas se sentara en el sofá. Como una buena niña obediente, bajé el cierre de su pantalón y saqué su verga; estaba dura, lista para ser engullida por mi sucia boca. Acaricié su glande con mi lengua y lentamente me la fui tragando. Su amigo no daba crédito a lo que estaba viendo. Sentir como su verga llenaba mi boca era un morboso placer que me calentaba y ponía a palpitar mi culo por el hambre de sentir su verga penetrándolo. Notaba como el amigo de papi acariciaba su verga, se había puesto caliente al ver a la niña buena de papi saludarlo como se merece. En eso papá me detiene y me dice: “Ahora, saluda al ‘tío’ como a mí”. ¡Oh sí que esperaba eso! Extendí mi mano y me acomodé entre sus piernas, bajé su cierre y saqué su verga que estaba a punto de reventar debido a la erección. Sin dudarlo dos veces se la empecé a chupar, mientras papi acariciaba mis nalgas y movía mis bragas a un lado, sentí su dedo jugando en mi agujero. Me sentía tan caliente que mi sangre hervía.

Uno de los dedos de papi entraba en mi culo y yo seguía comiéndome la verga del tío, compañero de trabajo de papi. “¿Ves que mi nena es toda una puta?” –le decía a su amigo, quien respondió: “Tienes razón, es toda una puta. Sabe chuparlo bastante bien”. Mi culo era follado por los dedos de papi y mi boca por la verga de su compañero de trabajo, yo estaba caliente, mi pene estaba duro y me empecé a masturbar como una loca, mientras ellos se entretenían con mis orificios. En eso papi dice: “Ya tu culo está listo putita, móntate encima de tu tío”. Mi papito se había vuelto un pervertido, quería verme coger con su compañero de trabajo, obviamente no me iba a negar a tal invitación, me subí sobre él dándole la espalda, su verga entró sin ningún problema, porque papi se había encargado de dejarme el culo abierto. Él se sentó en un sillón del frente y me observaba moverme encima del tío, cumpliendo su deseo. Se masturbaba viéndome coger y gemir como perra en celo, la verga de su compañero llegaba hasta el fondo. “¡Tío, cójame, soy su sobrina puta!” –le decía. Me tomaba de las caderas y me hacía revotar en su verga con violencia. Era tanta mi calentura, que me empecé a masturbar, miraba a papi y él sonreía con perversión. “Eres toda una zorrita” –me decía. Papi se puso de pie y se acercó hasta donde estaba, yo ardía de lujuria, me acercó la verga a la boca y se la chupé como una loca, era delicioso sentirme usada por él y que también quisiera compartirme de esa manera.

En un momento ambos se detuvieron, pensé que se habían aburrido, pero era para desnudarse y quitarme las bragas. El compañero de trabajo levantó mi corta faldita y separé las piernas para darle acceso a mi culo, pero me sorprendió su acción. Agarró mi pene y lo empezó a chupar, quedé pasmada ante lo que hizo, pero papi me dijo: “No te preocupes putita, solo disfruta, dejé que se comiera mi pene, era una sensación rara, ya que nunca nadie lo había hecho, me gustaba la forma en que lo chupaba; se notaba que tenía experiencia. Papi puso su verga en mi boca y se la empecé a chupar de la misma forma que su compañero lo hacía conmigo. El “tío” me miraba con perversión en sus ojos. Sin darme cuenta, el amigo de mi papito se montó sobre mí y se metió mi pene en el culo. Fue tan excitante sentir como mi pene entraba y se rompía el frenillo, desvirgándome de una manera tan pervertida y alucinante. “Se nota que tenías ganas de probar más de mi zorrita” –le dice papi. “Era imposible no querer desvirgar a esta putita” –le responde él. Yo estaba tan caliente como sorprendida, Nunca pensé que pasaría algo así, era en verdad un espectáculo caliente para mi. Siempre había soñado con que usaran mi culo pero ahora estaban usando mi pene, si antes me sentía un juguete sexual, ahora con mayor razón. Papi sacó su verga de mi boca y se la puso a su amigo para que se la comiera, él sin resistencia abrió su boca y empezó a chupársela. “¡Mierda, qué placer me das tío! ¡Sigue moviéndote así!” –le decía mientras agarré su verga y lo empecé a masturbar, él respiraba de manera agitada comiéndose la verga de mi papi.

Ya no podía con tanta calentura, para mi era una carga tremenda de lujuria que me recorría por completo, gemía con fuerza al sentir que estaba a punto de eyacular por primera vez en el culo de alguien. “¡Oh, tío, te mueves tan rico! ¡Voy a acabar!” –le dije. Mi pene explotó en su culo, mi semen salía a borbotones, inundándole el culo deliciosamente. No me detuve de masturbarlo, hasta que él también acabó, dejando mi mano llena de semen, lo miré con lujuria y lamí su esperma con la mejor cara de puta caliente que me salió en el momento. Mi papi se sentía satisfecho, tanto que no pasaron ni tres minutos y él acabó en la boca de su compañero de trabajo, quien casi se ahoga al sentir el tibio torrente de semen que lo estaba invadiendo. Nos quedamos los tres en el sofá, yo a la derecha, papi al medio y su compañero de trabajo a la izquierda. “¡Ha sido más que excitante!” –dijo papi. Yo sonreí y le dije: “Me alegra que te guste que sea tu putita”. “¡Tienes una puta muy rica por hija, te felicito!” –le dice su compañero de trabajo.

No pasaron muchos minutos y estábamos el compañero de papi y yo chupándole la verga, la noche no había terminado y seguíamos igual de calientes que al principio. Papi estaba con los ojos cerrados disfrutando de nuestras bocas que se comían su apetitosa verga y sus testículos. Papi me dijo que me pusiera en cuatro en el suelo y le dijo a su compañero que me la metiera, él se puso detrás de mí y ensartó su verga en mi culo. Sentirlo otra vez dentro era tan excitante, mientras papi miraba como era cogida sin piedad alguna, yo gemía envuelta en las llamas del placer y la perversión. Tomado firmemente de mis caderas me la metía de manera bestial, si bien le gustaba la verga tanto como a mí, también le gustaba follarse mi culito, era un maldito demonio. En eso papi se coloca detrás de su amigo y le mete la verga sin ninguna delicadeza. ¡Oh, que maravilloso! Era tan erótico el momento, tan perverso a la vez, el que me estaba cogiendo era cogido por mi papito. Nuestros cuerpos envueltos en sudor, nuestras ganas desmedidas y saciadas a la vez hacía de ese instante algo que nadie podría creer si no lo estuviera viendo. Mi papito era un pervertido, igual que su compañero de trabajo, y yo era la puta que disfrutaba de ambos. Los minutos pasaban y el morbo crecía, los movimientos de papi repercutían en mi culo al tener la verga de su amigo clavada en mi. Cerraba los ojos y disfrutaba como una cerda de la forma en que estábamos cogiendo. El compañero de mi papi se descargó en mi culito que palpitaba al sentir ese viscoso semen llenándolo, el hombre se puso en cuatro y lamió mi culo, degustando su propio esperma, yo no podía más que gemir de placer, al sentir como su lengua escarbaba mi agujero para rescatar las gotas de sus fluidos y tragarlas. En eso, el perverso de mi papi me dice: “Deja que el tío te la chupe hasta que acabes”. Me di vuelta quedando de rodillas y él se engulló mi pene para hacerme acabar. ¡Sí que sabia chupar ese hombre! Era tan placentero ver como mi pene llenaba su boca pero igual de placentero era ver a mi papito rompiéndole el culo. No me pude contener y acabé en su boca, sonrió con cara de placer mientras mi semen se le escapaba por la comisura de los labios, pasaba su lengua para recogerlo y tragarlo, era tan puto como yo puta.

Papi siguió con sus frenéticas embestidas, haciendo bramar de placer a su compañero de trabajo, hasta que eyaculó en su agujero, me dijo que fuera a limpiarle el culo con la lengua. Gustosa fui como una buena perra obediente lamí su culo hasta dejarlo completamente limpio. Como regalo final, el tío se masturbó dejando caer su semen en mi cara, me sentí agradecida de tan noble gesto que tuvo con la puta de su amigo. Exhausta y bien cogida me tiré en el piso, cosa que ambos aprovecharon para orinarme encima, dándome un tibio baño directo de sus vergas. Su compañero se despidió, ya que en su casa lo esperaba su mujer y debía volver pronto. Antes que se fuera mi papi le dijo: “Puedes venir cuando quieras, mi puta estará feliz de recibirte como lo sabe hacer”. “Eso no lo dudes, siempre que me invites vendré gustoso” –le respondió. Al salir, mi papi me dice: “Me haces tan feliz putita”. “Y tú a mí papito bello” –le dije. “No te olvides que soy tu putita, tu niña caliente dispuesta a complacerte con lo que tú quieras” –añadí. Me fui a dar una ducha y a ponerme un camisón transparente para acostarme al lado de mi hombre y dormir a su plácidamente. Solo puedo decirles que lo pasamos extremadamente bien juntos, ya que él sabe que me tiene bajo su dominio y que cada día que pasa aprendo a ser una niña buena y complaciente para sus deseos oscuros.

 

 

Pasiones Prohibidas ®

7 comentarios:

  1. Me encantó, muy caliente el relato

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  2. Joder caballero, otra más de mis fantasías plasmadas, otro más que pasa a la lista de relatos favoritos 😈🔥

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  3. Excelente relato caballero 👏 😈🔥

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  4. Gracias por compartir JOL

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  5. Saludos justo una de tantas fantasias que me gustaría realizar y ser el pasivo

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  6. Excelente relato muy excitante

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