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martes, 9 de enero de 2024

88. La animadora de la fiesta


El día del 18 cumpleaños de David se estaba acercando, el chico llevaba varios días insistiendo a su madre que le deje celebrar su cumpleaños en casa con sus amigos pero está le pone como condición estar de supervisora para así controlar que nada se saliera de control como en Proyecto X. “Mamá por favor déjame que haga la fiesta” –le dice David. “Ya te dije o estoy yo supervisando o no hay fiesta” –dijo Alba, la madre del atribulado joven. “Te prometo que no vamos hacer nada malo” –dice el joven casi suplicando. “David es lo que hay, lo tomas o lo dejas. Mira yo me meto en mi habitación leyendo un libro o viendo la tele no estaré con ustedes. Se quedan en el salón y juegan Play” –sentencia Alba. “Pero mamá, no será lo mismo, porque sabrán que estás en casa y se podrán nerviosos” –dice David. “No insistas, o lo tomas o lo dejas” –dice ya ofuscada la madre. “Está bien, pero esto será mi muerte social” –le dice el muchacho resignado.

Llegó el día de la fiesta, Carlos el padre de familia se había ido de caza con sus amigos, Alba y David comenzaron a preparar las cosas de la fiesta. A eso de las 8 de la tarde empezaron a llegar los amigos de David. Alex, Pablo, Marcos y Francisco eran los amigos más íntimos de David, eran amigos desde la guardería. “Adelante chicos, pasen” –dice Alba al abrir la puerta. Ellos muy caballeros la saludan de un beso en la mejilla. Alba les acompañó hasta el salón donde David les esperaba ultimando los detalles de la fiesta. “¿Qué pasa muchachos? Gracias por venir, siéntense, tengo el play preparada ya. ¿Supongo que trajeron sus controles?” –les dijo David. Los chicos respondieron al unísono: “Sí, hoy será una masacre”. También le entregaron los regalos que habían llevado. “Bueno chicos yo los dejo, me voy a mí cuarto, pásenlo bien y no hagan mucho escándalo” –dijo Alba y se fue para darles privacidad.

Alba se fue a su habitación y se puso a ver la televisión mientras los chicos seguían en el salón jugando play. En un momento que David estaba distraído, Alex se levantó con la excusa de ir al baño. Mientras David era ajeno a todo Alex hecho unas gotas burundanga que había conseguido en su vaso y hecho otra pequeña dosis en otro vaso qué preparó para Alba. “Oigan muchachos, porque no brindamos por David” –dice Alex. “Genial” –dijo David. “Dile a tu madre que baje y se tome algo con nosotros” –sugiere Alex, no queriendo dejar a Alba fuera del brindis. “Sí, ahora la llamo. ¡Mamá baja y te tomas algo con nosotros! –grita el chico en medio de la escalera. Alba apareció enseguida en el salón. “Toma Alba, brindemos por tu hijo y su cumpleaños” –dice Alex. “Gracias, pero no era necesario que me invitaran a brindar con ustedes, ya todos tienen 18 años y tienen cosas mejores que hacer que estar conmigo” –dice la madre. “No digas eso, eres parte de esto. Además, es por tu hijo. ¡Salud por David y que sean muchos años más!” –dice Alex con algarabía. Todos brindaron a la vez. “Bueno chicos los dejo, sigan disfrutando” –dijo Alba para dejar a los muchachos tranquilos.

Los chicos siguieron jugando play y al cabo de unos minutos los efectos de la droga empezaron hacer efecto en David, estaba somnoliento, se sentía cansado y sin darse cuenta sus ojos se cerraron. “Ya muchachos, ha caído” –dice Alex. “Ya era hora, voy a ver cómo está Alba” –dice Francisco. Subió la escalera con la excusa de ir al baño y pasó por el cuarto donde Alba veía la tele. “Hola Alba, ¿qué tal?” –dice él. “Hola Francisco, bien aquí viendo una película” –le dice Alba con una sonrisa. “¿Cuál ves?” –le pregunta con curiosidad el amigo de su hijo. “1917” –le respondió. “Ah, es buena, ya la he visto” –le dice Francisco. “Sí, es entretenida. ¿Ustedes que tal lo pasan abajo?” –preguntó Alba. “Bien, nos lo estamos pasando muy bien. Gracias por dejarnos hacer la fiesta aquí” –le responde Francisco. “De nada, aunque debo confesar que no quería de principio, pero tampoco podía negarle a David celebrar con sus amigos” –dice ella. “Oye, ¿tu marido no vendrá?” –le pregunta el chico. “No, está de caza con sus amigos, pero déjalo que se quede por ahí” –le responde Alba. “¿Qué pasa? ¿No están bien?” –le dice el muchacho. “Bueno ni bien ni mal, lo típico en un matrimonio que lleva años juntos, la monotonía” –dice ella suspirando. “Bueno, búscate un amante” –le sugiere Francisco. “Si hombre, ¿a mi edad, a quien le voy a gustar?” –dice ella riendo. “¿A tu edad? Alba tú eres joven. ¿Cuántos tienes?” –indaga el muchacho. “43, así como me ves” –le responde la mujer. “Eres más joven que mis padres tienen 48 ya. Además, aún eres una mujer atractiva” –le dice Francisco sonriendo. Alba pensó que el muchacho le estaba coqueteando, por eso solo atinó a decir gracias. “Seguro que muchos chicos jóvenes estarían locos por tener una mujer como tú” –le dice Francisco. Ya no cabe duda, fue el primer indicio directo de su coqueteo hacia la mamá de su amigo. “No digas tonterías” –le dice Alba. “En serio Alba. A mí me encantaría tener una mujer como tú a mi lado” –le dice Francisco lanzando un segundo ataque. “¿En serio?” –le pregunta ella con asombro. “Sí, te lo digo en serio, no te mentiría. De verdad pienso que eres una mujer hermosa y me sentiría orgulloso de estar contigo” –le dice el muchacho con convicción. Francisco que estaba sentado en la cama junto a Alba se lanzó a besarla. Ella hizo a un lado su cara y le dice: “¿Qué haces? Eres el amigo de mi hijo y más encima soy mucho mayor que tú”. “Lo siento Alba, no debí hacerlo; pero eres una mujer tan sensual que no me pude resistir a besar esos deliciosos labios”. 

Alba no dijo nada se lanzó a seguir besando a Francisco. Estuvieron un buen rato besándose mientras se desnudaban por la parte de arriba mutuamente. Francisco se lanzó a chupar las tetas de Alba, unas tetas impresionantes para su edad. Alba a sus 43 años era una mujer con una figura espectacular con unas medidas de 100-60-90. “Saca la verga” –le dice ella. Francisco se bajó los pantalones mientras Alba en la cama se despojaba de los suyos y de la tanga que llevaba puesta. Al ver la verga del chico apuntándola se sorprendió porque estaba dura sin siquiera ella hacer nada. “¡Ay Francisco! ¡Benditos 18, que vitalidad tienes!” –le dice ella. Alba se lanzó a chupar la verga del muchacho mientras este le metía los dedos en su húmeda vagina. Allí estaban los dos tumbados en la cama dándose placer cuando en la habitación entraron Alex, Pablo y Marcos. “ya era hora de que vinieran, desnúdense ahora, quiero follar con todos” –dice Alba. Los chicos empezaron a desnudarse. Francisco y Alba ya habían empezado a follar de forma salvaje. Alba estaba en cuatro siendo embestida con fuerza. El chico la tenía tomada fuertemente de las caderas metiéndosela con un ritmo desenfrenado, haciéndola gemir y jadear. “¡Oh, mierda, que placer! ¡Me encanta como me la metes!” –dice Alba con lujuria en su voz. Alex le dice: “Tranquila putita, si te gusta la verga, aquí tienes tres más para ti sola”. “¡oh, sí, dénmelas ya! Quiero que me cojan entre todos” –le dice. Alba tomó las vergas de Alex y Marcos, los empezó a masturbar mientras Pablo se la metía en la boca. Se había olvidado completamente de su hijo, estaba entregada a la lujuria de estar con cuatro hombres en su cama. Alba estaba siendo utilizada sexualmente por los amigos de su hijo. Estuvieron turnándose las posiciones durante un buen rato. Hasta que Alex les mando parar. “¿Por qué paran? ¿No quieren seguir cogiéndome”? –pregunta ella. “Eso ni dudarlo, pero queremos hacer una cosa Alba, ¿nos dejas?” –le dice Alex. “Lo que ustedes quieran hacer pero no dejen de cogerme” –le dice Alba.

Pablo se tumbó en la cama y Alex le dijo: “Alba ponte encima de Pablo y deja que te la meta por esa sucia concha”. Ella desesperada por tener una verga adentro se subió encima de Pablo y se metió la verga en su concha deseosa. Alex se subió a la cama y se puso detrás de Alba y se la metió por el culo. Lanzó un grito que rápidamente fue interrumpido ya que Marcos y Francisco le metieron sus vergas en la boca.

Allí estaba Alba la anfitriona de la fiesta con una verga en la vagina, otra en el culo y dos en la boca, gimiendo de forma feroz debido al placer que los chicos le estaban dando. Después fue el turno de Marcos y Francisco. El cuerpo de la mujer temblaba y se contorsionaba de placer. Estaba desinhibida, caliente, dispuesta a hacer todo lo que esos pervertidos jóvenes quisieran hacerle, no había en ella resistencia a dejarse usar como una vil puta con los amigos de sus hijos. Los orgasmos eran constantes, casi no tenía fuerzas pero la vitalidad de los jóvenes no podía ser controlada, ya que solo se dedicaban a cogérsela. Estuvieron horas cogiendo sin ser interrumpidos ya que David seguía dormido en el salón debido a la gran dosis de burundanga que sus amigos le habían dado. En la habitación las horas pasaban lentamente, ya que el placer estaba al mando de la situación, los gemidos de Alba eran intensos, ya que su culo, su concha y su boca era follada con violencia. Era como un tiovivo de lujuria y perversión, un bucle constante, ya que entre los cuatro cambiaban de posiciones en cada orgasmo de la mujer. No había descanso para ella, solo placer. Entonces Marcos dice: “Ponte contra la pared con los brazos abiertos y las piernas separadas”. Alba obedeció la orden que le fue dada y se colocó como se le había indicado. Sintió como las manos de los jóvenes recorrían sus nalgas, las sensaciones que esas caricias pervertidas le provocaban la hacían gemir descontrolada, incluso pasaba sus duros pezones por la pared. De pronto las caricias se tornaron en nalgadas, su cuerpo se estremeció al sentir la primera, entre los cuatro la nalgueaban sin pudor. Cada nalgada la hacía gritar y gemir de placer, era primera vez que experimentaba algo similar, le gustaba la forma en que sus nalgas estaban siendo tratadas. ¡Golpéenme con fuerza! ¡Soy una puta mala!” –decía. Sin que se lo propusiera esas nalgadas que recibía la hicieron acabar de manera bestial, desparramando sus fluidos en por sus muslos, dejándola de rodillas en el piso, nunca había experimentado un orgasmo así de bestial.

Aprovechando que estaba en el piso entre los cuatro le daban verga por la boca a Alba, la que gustosa se las chupaba, quería que acabaran en su boca, quería sentir el sabor del juvenil semen de esos lujuriosos y viriles muchachos. Se las chupaba y los masturbaba como loca, estaba totalmente fuera de sí, como buena anfitriona debía complacer a los invitados que tenía, su boca y sus manos eran los objetos de placer. No se detendría hasta conseguir que eyacularan en ella y sentir que estaban satisfechos. Uno a uno los jóvenes eyacularon, dejándola cubierta de semen en su cara, su boca y sus tetas. Para Alba fue un intenso momento, sentir como el semen corría por su cuerpo y tragar todo lo que tenía en la boca. Ya satisfechos después de la fechoría que habían cometido se vistieron y salieron del cuarto, dejaron a Alba en la cama que estaba exhausta por la ración de sexo que había recibido, no se dio cuenta cuando sus ojos se cerraron. Llevaron a David a su cuarto y también lo dejaron tendido en la cama y ellos se acomodaron en la sala para descansar también.

A la mañana siguiente tanto madre como hijo se despertaron sin recordar lo que había pasado la noche anterior. A Alba le dolía el culo y la concha, no sabía porque había amanecido desnuda y mucho menos porque sus partes íntimas le dolían, trataba de hacer memoria  pero no venia ningún recuerdo. Se dio una ducha y se vistió. Cuando bajó a la sala estaban Alex, Pablo, Marcos y Francisco con David su hijo desayunando. Escuchó a David decir: “Creo que se nos pasó la mano con las cervezas anoche, me duele la cabeza”. “Nosotros estamos igual” –le dice Marcos. “Creo que no tomaré en buen tiempo” –dice Pablo. “Me uno, yo no quiero saber nada más de cerveza” –añade Alex. “Lo que es yo, ni hablar de alcohol por mucho tiempo” –complementó Francisco. “¡Oh, miren quien apareció!” –dice David haciendo alusión a que Alba estaba ahí. “No sé cuánto tomé después del brindis pero me duele todo” –dice Alba. Los cuatro muchachos se miraron cómplices, sabían lo que había sucedido.

Cuando terminaron de desayunar, se despidieron para volver a sus casas. Cuando se despiden de Alba, Alex le susurra al oído: “Estuviste fantástica, eres una excelente animadora de fiestas”. Ella no entendió a lo que se refirió pero Pablo también al despedirse le susurra: “Si te duele todo, es porque coges como una puta”. Pudo hilar ahora porque le dolía todo, pero al escuchar esas palabras no pudo disimular lo que sintió, solo dio una pequeña sonrisa y pensó: “Bueno, si pasó algo con ellos al menos me dejaron bien cogida, tal vez deba dejar que David haga más fiestas con sus amigos”.

 

 

Pasiones Prohibidas ®

4 comentarios:

  1. Que exquisita fiesta en la que se divirtieron a lo grande y en donde se porto en celo que rico.
    Como siempre excelente relato Caballero

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  2. Uffs, necesito una fiesta como esa. Buen relato caballero

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  3. Excelente relato lleno de lujuria y perversión. Gracias por compartir JOL

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  4. Mi hijo mayor cuando se estaba por ir a la universidad. Hizo una fiesta, con su hermana invitaron chicas/os, quedando unos cuantos finalizando, mi hija dos amigas y mi Sra, mi hijo cuatros amigos quedaron , empezamos a jugar en juego de la botella, cuando le dije a mi Sra que podría besar por 30 segundos, al chico de mayor edad, el chico no lo podía creer , mi Sra lo agarro y lo beso , luego mi hija me hizo besar a una de sus amigas y ya con otros besando a mi hija y Sra como amigas. Cuando le tocó besar a mi Sra con nuestro hijo, se dieron un buen morroneo, y pasaron los segundos, y ellos seguían como si nada. Luego ya unas de ellas dijo que por prendas pero el que tenía que sacarla era del sexo opuesto, a si quedamos desnudos todos . Dónde me fui a la habitación con una de las amigas de mi hija, disfrutando todo su cuerpo, cuando regreses mi Sra en una habitación con nuestro hijo y un amigos y la otras con otros arriba de ellas. Ya nos juntamos todos y fue muy bueno.
    Repetimos al año cuando regreso mi hijo pero solamente estos chicos y chicas.

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