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martes, 28 de noviembre de 2023

74. Soy la mejor profesora


Soy de Valparaíso, Chile, pero casi toda mi vida he vivido en Santiago. Me llamo Carolina Vásquez, pero me dicen “La Porteña” o también “la profe Caro” “Caro la loquita” o simplemente “La Caro”. Actualmente tengo 57 años de edad, pero en la época en la que ocurrieron los hechos que voy a contar tenía 27. Como soy tan perra y dada al sexo, en mi vida han sucedido muchas cosas bastante calientes y obscenas, pero como no puedo contarlas todas en un solo escrito, solo me enfocaré en lo que ocurrió cuando apenas llevaba unos dos años ejerciendo la docencia en cierto colegio Santiago.

Bien, empezaré haciendo una pequeña descripción de mi físico. Mi cabello es liso y de color rubio, soy blanca, no tan alta, pero tampoco tan baja. A pesar de mi edad aun me conservo bastante bien. Mis tetas son grandes y bonitas, mi culo redondo y paradito, y mi cuerpo espectacular, bastante caderona y piernona. El color de mis grandes ojos es café muy claro, mis pestañas naturalmente son largas y coquetas, y mi roja boquita cien por ciento mamadora. Tengo algunas pecas en mi rostro y en mi pecho.

En esos tiempos de universidad y de mis primeros años de ser maestra me gustaba vestir sencillamente, es decir, en minifalditas y en camisetas bastante escotadas y que legaban al ombligo. Incluso me vestía así de vulgar cuando ya estaba ejerciendo como profesora en colegios de mayor importancia, no solo lo hacía por sentirme cómoda sino por ser intencionalmente insinuante y exhibicionista. Mis alumnos no me quitaban sus ojos de encima y eso me encantaba. Mis piernas, mi culo, mi cadera y mis tetas siempre han sido bastante llamativas, en ese entonces lo eran muchísimo, me gustaba coquetearle a todos y ver cómo se excitaban conmigo.

Desde niña me vine a vivir a Santiago ya que en Valparaíso mi despreciable padre, mi asqueroso abuelo, mis horribles tíos y, mis detestables y depravados hermanos se la pasaban violándome así de gratis y me prostituían constantemente.

Debo aceptar que a mí me gustaba el puterío, pero lo que me hacía enojar y no aguantaba es que esos familiares ni siquiera me daban una mínima parte del dinero que recolectaban con mi prostitución, me estaban explotando y me tuvieron así por muchos años hasta que ya tuve consciencia suficiente para empezar a cuestionarme al respecto. La estúpida perra y puta de mi mamá, quien también puteaba de vez en cuando, solo obedecía lo que ellos imponían, ella era muy sumisa y les tenía miedo, solo se dedicaba a lavarme la vagina y el culito para que ellos abusaran de mí como bien se les diera la puta gana. Debo recalcar que estamos hablando de la vida de hace 30 años.

Cuando me vine a Santiago tenía 14 añitos, una amiga que también había sido puta en Valparaíso, me recibió en su casa, pero tenía que hacerle los oficios, la malparida se aprovechó y me puso a cocinarle, a lavarle y a hacerle de todo, mientras ella llanamente se divertía con sus novios y amantes. Sin embargo, con lo poco que me pagaba terminé mi educación e ingresé a un Pre Universitario y luego a la Universidad de Chile para estudiar pedagogía.

Antes de todo eso trabajé en una empresa de confecciones, eso por muy poco tiempo, ya que me despidieron por llevarme telas y putear con los guardias. En la universidad estudié Pedagogía en Educación Media en Biología y Química, fue muy duro, pues yo era un tanto dura para aprender, no era tan inteligente para entender los temas de estudio, lo que tenía en tetas y culo me faltaba en cerebro, me tocó hacerle muchas mamadas a los directivos para hacer que esos putos me ayudaran y me pasaran de semestres. En esos tiempos yo era muy joven y muy pobre. Mi amiga Sarah se aburrió de tenerme en su casa, se puso celosa porque uno de sus hombres se la pasaba acosándome y manoseándome, y como él estaba tan bueno yo le correspondía muy bien, y Sarah me descubrió una noche chupándole la verga en la cocina. Ella, muy brava y gritándome terribles palabrotas, me tiró la ropa por la ventana del segundo piso y me sacó del pelo a la calle.

Tuve que irme a vivir con un hombre muy mayor, si no estoy mal tenía 77 años de edad, era medio indigente, olía a diablos, pero tenía una chocita cercana a donde estudiaba. A pesar de que yo le agradecía el hecho de darme alojamiento haciéndole unas buenas mamadas a cada rato, el viejo me maltrataba y me abusaba, me daba verga muy duro por el culo, el hombre era un tanto salvaje y brutal. No lo soporté y me marché, saqué una pocilga en arriendo, pero no tenía suficiente dinero. Pude sobrevivir y terminar mi carrera gracias a que tuve la genial idea de venderle mi cuerpo a mis compañeros de clases y a mis profesores. Los maestros me cogían muy rico y me pagaban mejor que cuando me prostituía en Valparaíso, incluso hacía más dinero así que lo que me pagaban en esa puta y explotadora empresa de confecciones. Afortunadamente yo siempre he sido bastante bonita, atractiva y puta, y eso me ayudó a solventar mis gastos. Amigos, no me critiquen, recuerden que estamos hablando de una época complicada en la que no había internet, si hubiera existido más bien habría tenido Onlyfans.

Después de graduarme de la universidad, a los 25 años de edad, trabajé por un tiempo como profesora de biología en un decadente colegio privado de barrio. No sabía un culo de biología, pero ahí me hacía la que enseñaba, no obstante, ni al rector le importaba que yo no supiera nada de mi profesión, lo importante para él era que mantuviera entretenidos a los muchachos y también el hecho de él poder seguir cobrando las mensualidades y haciendo sus corruptos y oscuros negocitos con la educación, en ese tiempo todos eran muy torcidos. La zona en la que estaba ubicado el colegio era peligrosa y de estratos bajos, pero así me gustaba, pues podía ser más yo misma, podía conseguir marihuana con facilidad y drogarme, también podía vestirme a mi antojo e incluso seguir puteando algunas noches cuando me daba desespero en la concha, ya no lo hacía tanto por necesidad de dinero sino por gusto y lujuria.

Nunca me gustó vestirme como una señorita decente, o como una profesional, prefería vestirme como la jovencita putona que era, o sea, con minifaldas y camisetas hasta el ombligo, me gustaba sentirme bien puta y deseada. Incluso me prostituía con los padres de mis alumnos, los que pagaban altos precios por cogerme y saciar su perversión conmigo, ya que las santurronas de sus esposas ni siquiera se las mamaban, en la escuela tenían una puta a su disposición que hacía de todo por conseguir dinero para gastar en estupideces de juventud. En el colegio no me ponían problema por vestirme así, incluso el mismo rector, los coordinadores y los profesores me piropeaban y hasta me hacían propuestas bastante indecentes. Allá no molestaban por nada, por eso recuerdo con mucho amor esa institución. Es que hasta me atrevía a dar las clases estando drogada y borracha, al igual que mis estudiantes, los cuales eran jóvenes problema, delincuentes y pandilleros de mala calaña. Sin embargo, los muchachos me amaban, decían que yo era la mejor profesora que habían tenido en sus putas vidas por ser tal cual como ellos y por comprenderlos totalmente. La verdad es que yo como profesora era más puta y vulgar que las mismas estudiantes zorritas y hamponcitas de ahí.

Lo que voy a contar aquí fue algo que pasó precisamente cuando era docente en ese colegio. Para la época yo era mucho más irresponsable, loca y puta que ahora, y ya había tenido mis aventurillas sexuales tanto con estudiantes, colegas profesores y hasta con algunos padres de los muchachos.

Resulta que tuve un delicioso encuentro sexual con un grupo de estudiantes que salían de Cuarto Medio en su paseo tradicional de despedida escolar a una ciudad del Sur de Chile. Sé que la orgía que hice con mis alumnos fue algo muy pasado de la raya, pero es que nos teníamos mucha confianza. A los muchachos les gustaba compartir conmigo, nos repartíamos hierba, trago, cigarrillo y otras drogas, les fascinaba estar a mi lado porque  yo era muy sencilla y humilde, y porque era la única profesora que no les hablaba con la frialdad y la severidad característica de los otros maestros, quienes lo único que hacían era regañarlos por todo. Mis alumnos me querían mucho porque decían que yo les hablaba como una amiga, como una linda porteña, como una cómplice, como si fuera una compinche más de ellos y porque me vestía de manera común a su contexto. Mi pinta y mi forma de expresarme no era de profesora sino de una vulgar muchachita de baja clase, a ellos les excitaba escuchar mis cochinas historias de sexo y mis pornográficas vivencias como puta narradas con mi sensual acento. A mí no se me daba nada hablar con total naturalidad y con groserías, no me daba vergüenza ser yo misma ni de actuar con espontaneidad, al fin y al cabo eso nos caracteriza a los porteños, la franqueza, la camaradería y la sencillez.

Las niñas, quienes no eran más que una manada de putitas, sacaron la excusa de que se iban a nadar, pero en realidad se fueron a coger con algunos de sus compañeros, y otro buen grupo de solo muchachos siguió escuchando mis eróticas y vulgares narraciones en una de las recamaras del hotel. Yo continuaba mis relatos y en esa fiebre hasta me atrevía a mostrarles las tetas y la vagina. Los jóvenes estaban bastante calientes a juzgar por sus erecciones que se les notaba bajo sus pantalones. Trajeron más trago, y mientras nos embriagábamos y hablábamos cochinada nos desinhibimos por completo, nos comenzamos a tocar y a besar, no me pude aguantar, ellos estaban muy buenos y provocativos, esos hombres tan hermosos y jovencitos me calentaron demasiado, a todos se les notaba unas suculentas vergas bien paraditas y gruesas entre sus humedecidos pantalones, tan solo de acordarme de esos muchachotes tan varoniles se me hace agua a la boca, se me humedece y palpita la concha.

Yo no podía ser tan tonta de dejar pasar esa excelente oportunidad y me les ofrecí en sexo grupal. Me desnudé completamente y entre todos me dieron duro hasta por las putas orejas. Lo recuerdo con gran pasión y mucha ternura. Lo gocé como la loca puta que soy. Esos gorilas me agarraban las tetas y me sobaban la concha con salvajismo adolescente. Me irrespetaban con gran esmero. El loco del Sebastián, uno de los pandilleros más peligrosos, fue el primero en sacar su verga y empezar a masturbarse mientras me metía mano en la vagina y me tocaba las tetas. A Sebastián lo siguió Eduardo, un muchacho de cara y verga monstruosas, su rostro había sufrido una severa quemadura quedando totalmente desfigurado y sin cabello, pero su gran verga fue lo que verdaderamente me impactó, era bastante larga y gruesa y la sabía manejar a la perfección. Me provocó tanto la verga del desfigurado Eduardo que de inmediato me la metí a la boca, le hice fenomenal mamada al fenómeno, el cual baboseaba de placer. En total me estaban toqueteando unos 13 o 14 muchachos, el resto estaban entretenidos “nadando” con sus compañeritas. No tardaron en quedar todos con sus enormes y jugosos “pepinos” muy erectos al aire. Yo, la profe Caro, estaba de rodillas ante mis machos, me encontraba rodeada de más de una docena de explosivos adolescentes, todos con esas hormonas al cien y produciendo gran cantidad de esperma. El olor a sudor, a macho, a esperma y a testosterona hirviendo invadió esa pequeña recámara.

Yo agarraba con mis manos muchísimas vergas y las masturbaba con ahínco y mi boca se la chupaba al que se encontrara más cerca. Se los estuve chupando a todos como por más de media hora. En todos los años en el que me había dedicado a putear nunca había tenido al mismo tiempo a tantos adolescentes ganosos. Les chupé la verga a todos y ellos me tocaban por todas partes, me metían los dedos en la vagina y en el culo, pues por ahí empecé a sentir que unos traviesos dedos hurgaban, con ansias profundamente marcadas, mi bello y vicioso ano. No supe a ciencia cierta a quién pertenecían esos inquietos deditos, pero días después llegaron rumores a mis oídos de que eran del dientón del Lucho, el joven más pequeño y raquítico del curso. Las mamadas continuaron con éxito, fulgentes y desesperadas vergas entraban y salían de mi mamadora bocaza.  El piso de la recámara estaba lleno de mis babas y de líquidos pre seminales que expulsaban mis valientes y bandidos muchachotes. Sus fuertes manos me agarraban muy duro las putas tetas, me hacían gritar tanto de placer como de dolor, algunos eran muy salvajes y me las apretaban, jalaban y estiraban muy duro, casi me arrancan los pezones, también se atrevieron a pellizcármelas y a mordérmelas con agresividad. Algunos no se aguantaban las ganas y empezaban a lanzar su semen en mi risueña cara de prostituta barata, en mi pelo o en mis maltratadas tetas. Les salía muchísimo semen, era algo inaudito. Otros eyacularon entre mi succionadora boca. Aunque hubo varios de esos cretinos que eyacularon varias veces sobre mí, no bajaban sus colosales erecciones y volvían a recargar semen rápidamente.

Me subieron a la cama con las piernas abiertas y en alto. Manuel, el más fuerte de esos musculosos jóvenes, fue el primero en metérmela, vaya si que me hizo gritar el maldito, ya que me la metia con tanta fuerza que sentía que me partiría en dos, me dejó la vagina llena de semen y palpitando. Obviamente yo había tomado mis pastillas anticonceptivas, así que no hubo problemas de embarazo. Se bajó el antisocial de Manuel y Gonzalo continuó dándome verga, me sentía como una sucia puta, la sucia puta Profe Caro, o sea yo, a mucho orgullo. Luego siguió el payaso de Marcel que me iba a coger hasta preñarme, me la con tanta fuerza que el maldito me hacía gritar de placer. Seguidamente lo hizo el pajero del Efrén. Después me taladró la concha el “niño feo” de Daniel. Ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos llevaba, solo sabía que había semen por todas partes. Luego el santurrón del Camilo “El Siete Cruces”, le decían así porque iba a la Iglesia Evangélica, pero el pervertido me la metía como endemoniado. Cada uno iba dejando su semen dentro de mi abierta vagina, yo gemía y gritaba de placer. Mis tetas palpitaban de tanto ser maltratadas y agarradas por tantas manos inquietas y abusivas. Todos querían apretarme las tetas al mismo tiempo. Ya tenía muy rojas y calientes mis putas tetas. Mientras los demás delincuentes me penetraban la concha, otros me metían sus magníficas vergas a la mamadora boca y mis manos aferraban las vergas que pudiera coger para masturbarlas. Todo era una auténtica delicia.

Algunos muchachos volvieron a echarme su cochino semen en la puta cara y en la sucia boquita. Todo era sensacional, yo estaba loca de pasión y lascivia, y depravadamente me atreví a pedirles que me dieran verga por el culo para así darle descanso a mi conchita. Ellos quedaron anonadados ante mi insólita solicitud, y fue el puerco del Tocino Vera el primero que me puso en cuatro y sin lubricar nada me lo clavó con fuerza, y gran brutalidad por mi hambriento y putísimo culo. El hijo de puta gracioso del Tocino hizo poderosos sonidos de cerdo mientras me enculaba con gran agresividad y salvajismo, todos los malparidos rieron y nos echaron licor encima dejándonos bien lavados en trago. Para no quedarme atrás también lancé chillidos de marrana y los jóvenes se enloquecieron de morbo riendo, gritando, saltando, silbando y resoplando de gusto. La recámara olía fuertemente a verga, a culo, a sudor, a semen, a pecueca, a peo, a fluidos de toda clase, a babas, a orina y en general a sexo. Los muchachos siguieron comiéndose a su putísima profesora, estaban realizando muy bien su tarea y poniéndole mucha atención por fin a su lección. Era una impresionante clase práctica de alta sexualidad, como profe de biología me sentí muy orgullosa de que esos alumnos al fin aprendieran algo tan rápido, no importaba que fuera ya cuando estaban terminando su paso por el colegio. Entre todos me cogieron el culo, haciendo que perdiera el control de mi cuerpo y mi mente, estaba tan cogida que solo me tiré en la cama mientras el desfile de verga pasaba abriendo mi culo. Ya casi no me quedaban fuerzas, pero a ellos no le importaba, solo eran animales salvajes cogiéndose a la puta que tenían en frente. También me dediqué a chupar verga para aumentar así mi lascivia y sentirme aún más puta de lo que ya era. Mi culo estaba roto, sangrante, lleno de semen y de mierda, cosa que lo hacía más perverso aún, ya que no tuvieron ninguna consideración conmigo.

La cogida continuó entre risas, gemidos y fuertes palabrotas de gozo y disfrute. Todos entraron a mi culote, no hubo ni uno solo que no me hubiera enculado en forma. Me dieron buenas nalgadas, me tenían el culo ardiendo, abierto y rebosante de semen, y las nalgas rojas con sus manos marcadas. Me sentía bonita y sensual, pero sobre todo puta al estar cogiendo con tantos machos a la vez, no digo que soy puta en tono despectivo, sino que lo he sido, lo soy y lo seguiré siendo. Esos muchachos definitivamente merecieron una mayor nota en mi materia y en la de sexualidad.

La gran orgía continuó con doble penetración, mientras tenía una deliciosa verga atascada en mi caliente y cerda vagina, otra hermosa verga me asaltaba y perforaba con gran voracidad el puto culo haciéndomelo vibrar y palpitar. Me la metían con mucha fuerza y en variadas posiciones, los muchachos no se rendían, era increíble su fortaleza, su resistencia y su capacidad física, eran unos verdaderos machotes, unos aguerridos soldados y unos feroces guerreros, no se cansaban de tanta jodienda, de todas maneras estaban en la flor de su juventud. Acabé tantas veces que estaba rendida a mi lascivia, mi adolorida vagina emanaba fluidos a gran presión y mis queridos estudiantes, también acababan una y otra vez fuera o dentro de mi estimulada y abierta concha. Mi violado culo tampoco se salvó de recibir grandes cantidades de ese blancuzco semen, tampoco pude contar cuantas veces eyacularon pero fueron demasiadas, ya que había semen por todos lados, mezclado con mis fluidos.

Las últimas eyaculaciones las recibió gustosamente mi cara y mi boca en un espectacular y apasionado bukake sin control. Al fin me dieron el merecido descanso, nos tiramos todos a dormir en una cama, desnudos y satisfechos, esos fornidos y belicosos hombres me habían hecho la mejor de las maestras putas de la escuela. A la mañana siguiente todas las putitas de mis alumnas y los otros estudiantes que, durante esa poderosa sesión de sexo estuvieron en la playa cogiendo a lo lejos, no hicieron sino murmurar, obviamente el chisme de la orgía que había ocurrido con la profe Caro se propagó por toda la comunidad.

La noticia le llegó a los oídos a los padres de familia, esos mismos hipócritas que me pagaban por metérmela, me dieron la espalda e hicieron un gran escándalo, demandaron al colegio. Aunque pasé un par de años más trabajando ahí, mientras el proceso continuaba, de mala gana el rector me tuvo que despedir al comprobarse por fin todo lo que había sucedido en el Sur y eso hizo que también se tuviera que cerrar el centro educativo. Me dejaron inhabilitada como profesora, pero no hubo cárcel ni nada por el estilo. Finalmente todo lo arregló el poder del dinero, yo abrí mi negocito de “chicas ricas y malotas”. Fue tan bien con eso que pude obtener dinero suficiente para sobornar a las autoridades y jueces para librarme de todo cargo. Muchas de esas putas estudiantes que propagaron lo que había pasado ahora trabajan para mí, ya que no les dio más que para ser putas y muchos de esos padres de familia son clientes habituales que pagan por tener sexo con las ex compañeras de sus hijos con sus antiguos uniformes y de vez en cuando aparece algún “Honorable” Juez de la República para tener alguna sesión de sexo con las putas que están bajo mis órdenes.

 

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

7 comentarios:

  1. Ser cogida como una verdadera puta y disfrutar... uuuffff excitante

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  2. A veces es duro pasar por todas esas vivencias y salir adelante.
    Pero cuando sobra ganas de salir adelante es delicioso ser lo que uno quiere ser y si es excitante ser puta y ser cogida de esa manera.
    Me enxanfo el escrito Caballero ya que cada detalle lo da con precisión y esa perversión que solo Usted sabe

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  3. Excelente relato, lleno de perversión y de lujuria. JOL

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  4. Umm un escrito echo para mi imaginación exquisito gracias por darme placer al leerle Señor

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