Entradas populares

martes, 11 de junio de 2024

141. Una deliciosa orgía

 

¡Al fin en casa! Mi hijo tomó un empleo de paseador de perros pero el tonto de mi ex marido se lo llevó de viaje y la responsabilidad de pasear a los perros de los vecinos cayó en mí. Debí imaginarlo, por lo menos tengo la casa para mi sola. Estaba paseando a los perros cuando una lluvia tremenda cayó sobre nosotros. Estaba empapada de pies a cabeza y tuve que traerme a los perros a mi departamento para cubrirnos de la lluvia. Miro por la ventana mientras los perros husmean por la casa, parece que se va a caer el cielo, está muy fuerte y no creo que vaya a terminar pronto.

Me quito los zapatos empapados y busco una toalla para secar mi cabello. Un perro pequeño de nombre Chester me sigue moviendo la cola, creo que es de raza Fox Terrier. Regreso a la sala, otro de ellos es un dálmata de nombre Toby que es bastante activo. Y el tercero es un Husky Siberiano adulto de nombre Kazán, me gusta ese perro, quisiera adoptar uno, parece un lobo y es bastante grande. Kazán se tira en la alfombra mientras Toby continúa husmeando y revisando cada rincón de mi pequeño departamento. Chester solo se limita a seguirme. Regaño a Toby que levanta una pata para marcar territorio. Me quiero ir a cambiar de ropa pero en cuanto me alejo sorprendo a Toby levantando la pata de nuevo. Decido cambiarme frente a ellos, me desnudo completamente, se siente bien perder toda esa ropa mojada. Me agacho a acariciar a Kazán que parece aburrido y triste cuando siento algo frio entre mis nalgas. Me giro de golpe y es Chester que se había subido a un sillón y creo que mi trasero atrajo su atención. No es el primero en fijarse en mi cuerpo, me mantengo en buena forma y fui bendecida con unas caderas bastante amplias, herencia de mi mamá. Regaño a Chester, pero solo logro que se pare en sus patas traseras y quiera lamer mi cara. En ese momento siento otra nariz fría pero esta vez casi en mi vagina. Toby parece que también se interesó en mí. “¡Wow! ¡Dos machos se interesan en mí!” –pienso para mis adentros.

En ese momento recuerdo que tuve mi periodo hace una semana, quizá ellos saben cuándo una hembra está en su momento más fértil. Me doy vuelta y parece que Kazán pensaba lo mismo, está de pie y olfatea en aire. De pronto, me mira fijamente y siento que se me eriza la piel. Kazán avanza hacia mí, yo inconscientemente retrocedo y me tropiezo con la alfombra, caigo de sentón y tengo miedo, como si fueran a violarme, cierro los ojos y me cubro con los brazos, pero lo que siento es una lengua cálida en mi mejilla. Sorprendida abro los ojos. Kazán me mira con sus ojos tristes, como si quisiera calmarme. Se sienta frente a mí y lanza un chillido como si se disculpara por asustarme. Me da su pata y yo lo interpreto como si me dijera ¿Amigos? Se la acepto y lo abrazo. Aún está húmedo por la lluvia pero siento la calidez de su cuerpo. Los otros dos perros están sentados observando con atención la escena. Yo también los miro y puedo ver sus penes saliendo de su pelaje. Me aparto de Kazán y también veo que tiene de fuera su enorme pene rosa. Pero no hacen nada, es como si me respetaran.

Siento muchas cosas en ese momento. Me siento tonta por pensar que un perro tan noble me quería hacer daño, me siento admirada por los perros que me respetan, me siento un poco excitada porque me desean. No sé qué hacer, mi mente está confusa cuando me doy cuenta que mi mano está acariciando el enorme miembro de Kazán. Es como si estuviera hipnotizada, como si alguien más lo hiciera y yo solo fuera una espectadora. Kazán parece que lo disfruta y yo noto que mi vagina se lubrica. En ese momento me golpea la realidad y mi cerebro me dice que me detenga, pero no puedo dejar de pensar en esos miembros erectos y gritando mí nombre. Además, ¿qué tiene de malo tener un poco de acción? Cuando mi cerebro se da cuenta que si va a pasar, que estoy deseosa de coger, mi boca se siente seca. Me acomodo en la alfombra en cuatro. Kazán se acerca a mi y me monta, siento su peso sobre mí, su aliento en mi nuca, mis pechos pesados cuelgan. Chester y Toby solo observan, parece que esperan su turno.

Kazán empieza a moverse tratando de meterme su verga, siento la punta de su verga en mis nalgas, no tiene manos así que tiene que ubicar mi vagina con el tacto. Mi corazón bombea fuerte. Atrapo su verga con mi mano y la dirijo a mi entrada. En cuanto siente la humedad y calidez de mi interior empieza a copularme. Abro mis ojos de golpe y siento como me penetra de golpe hasta el fondo. No me duele pero siento muy duro y profundo su verga. Me embestía muy rápido y fuerte. Cuando empieza a tocar mi cérvix tengo un orgasmo que me hace gemir descontrolada, hace tiempo que no sentía algo así de intenso que me dejaba casi sin respiración. Mi vagina se siente muy sensible pero él sigue entrando y saliendo pero ahora siento más grande la verga del perro. Incluso creo que se ha atorado dentro de mí; siento como si me jalara la vagina pero de adentro hacia afuera. Kazán se detiene y comienza a temblar. Está teniendo un orgasmo al igual que yo. Lame mi mejilla y espero a que se baje, pero cuando lo hace siento de nuevo un jalón en mi vagina, definitivamente su enorme verga está atorada dentro de mí, no sé como pero nos atoramos como cuando se cruzan con una hembra. Pasa una de sus patas sobre mis nalgas y quedamos atorados culo con culo, también siento algo caliente en mi vientre, debe estar eyaculando chorros dentro mío. ¿Ahora que hago? Mis piernas están débiles por el poderoso orgasmo que tuve y si trato de zafarme me causa dolor. Solo me resta esperar a que termine de eyacular. De repente me doy cuenta que a mi lado está Toby olfateando y buscando una forma de montarme. “Espera Toby, no puedo ahora” –le digo, pero me ignora, me monta de costado incluso me monta por mi cabeza pero no puede penetrarme, puedo ver su verga intentando penetrarme por donde fuese. De nuevo se acomoda en mis nalgas pero la enorme verga de Kazán atorada en mi vulva no le permitía acomodarse. No sé si fue casualidad o si Toby tuvo la inteligencia suficiente, pero dio unos pequeños saltos con las patas traseras, con esto pudo evadir el miembro de Kazán y quedó acomodado cada pata a un costado en posición perfecta, pero no puede penetrarme, no cabe nada más en mi vagina, ¿o si? Lo siento moverse cuando me doy cuenta que mi ano está expuesto. Trato de darme vuelta, pero sigo pegada a Kazán y en ese momento Toby me penetra directo en el ano. Nunca antes había tenido una doble penetración. He tenido sexo anal muchas veces pero nunca tuve dos amantes a la vez. El dolor y la sorpresa me paralizaron, solo podía sentir. Mi impulso fue el de gritar pero solo apreté los dientes mientras Toby se movía y me llenaba el ano. Su verga entraba muy profundo en mi culo, se mueve y crece al igual que la de Kazán. Es increíble lo diferente que es con humanos. Siento que se engrosa y puedo notar la misma presión  que se acoplaba con la de Kazán que sigue atorado. Sentí humedad en mi cara, era sudor y lágrimas. Siento una enorme presión en mis entrañas. Toby tiene un pene de menor tamaño, pero en mi ano me causa dolor. Al fin se detiene, también debe estar eyaculando. Ambos perros atorados en mí al mismo tiempo. Ya no siento tanto dolor como al principio, solo esa gran presión que me llena. Esperaré a que terminen.

Entonces Chester se ha acercado. Pobrecillo también quiere participar. Aún sin los dos perros atorados en mí, es muy pequeño, no podríamos tener relaciones. Chilla y me ladra como si esperara algo de mí. Creo saber qué puedo hacer por él. Recargo mi peso en mis codos, la presión en mi vagina y ano hace que sea difícil mover mis piernas, pero trato de bajar mi cara hasta Chester mientras con una de mis manos alcanzo su pequeña verga y comienzo a masturbarlo, él responde moviéndose dentro de mi puño cerrado. Su nudo se asoma y por fin comprendo por qué Kazán y Toby están atorados en mi interior. Ya con su verga totalmente erecta veo que eyacula pequeños chorros, lo pongo en mi boca para que eyacule.  Estoy conectada a 3 perros al mismo tiempo, los 3 abotonados y eyaculando dentro de mí El solo pensarlo me hace sentir lujuriosa, pervertida, sucia, una completa perra. Tal vez peor que eso, porque nunca he visto a una perra tener sexo con 3 perros a la vez. El semen de Chester llena mi boca así como Toby llena mi ano y Kazán mi vagina. Ahora si me siento muy excitada. Tengo una mano libre que comienza a frotar mi clítoris, me masturbo con fuerza, perdí la noción del tiempo, mis rodillas me duelen, Toby sigue montado en mí. Mi espalda tiene saliva de perro, de mi boca comienza a chorrear semen de perro y siento mi vientre abultarse, debe ser la eyaculación de Kazán. Por fin me golpea un fuerte orgasmo que me hace sentir como si fueran fuegos artificiales. Los minutos pasan y el primero en salir de mi interior es Kazán. Su enorme verga se contrae lo suficiente para disminuir la presión. Un chorro de esperma cae en la alfombra. Kazán limpia mi vagina, incluso siento que lame alrededor de mi ano dónde Toby sigue abotonado, después se hecha a lamer su verga. Casi al mismo instante suelto el pene de Chester quien se queda de pie esperando a que se encoja su verga. Ya solo tengo en mi interior a Toby, aún pasan cerca de 10 minutos más para que salga y otro chorro de semen cae el piso. Toby tiene el impulso de limpiarme pero cuando al fin mi ano está libre caigo al piso exhausta con esperma de perro saliendo de mi interior.

El cansancio me hace caer sobre la alfombra, me encojo de piernas y me echo a dormir un rato. Cuando despierto veo que los 3 perros están dormidos a mi lado, a pesar de estar desnuda en una tarde fría, los canes me mantuvieron cálida. Me doy cuenta de la hora que es y corro a vestirme para entregar a los perros a sus respectivos dueños pero no puedo, dos nudos fue demasiado para mi entrepierna, me cuesta trabajo caminar. Lo mejor será llamar a los dueños e inventar una excusa de por qué no puedo entregarlos el día de hoy. Cuando hablé con cada uno de los dueños ninguno tuvo problemas para devolvérselos en la mañana, por lo que mi noche sería un tanto intensa. Estaba pensando en lo que haría para continuar con mi improvisada orgía cuando mi hijo me llama para saber si había sacado a los perros, le dije que sí, pero que los devolvería mañana ya que había llovido y sería una pena sacarlos a que se mojaran. Estábamos animadamente hablando cuando Chester se acercó a mí, yo me senté en el piso y abrí las piernas, él automáticamente entendió el mensaje y empezó a lamer mi vagina. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo era imposible para mí no intentar gemir, ya que las sensaciones que recorrían mi cuerpo eran tan placenteras que mi hijo se daría cuenta que algo pasaba. Me retorcía y apretaba mis labios cuando le respondía porque el solo hecho de abrirlos me llevaría a una vertiginosa sensación de la que no podría escapar.

Chester estaba empecinado en darme placer, pero no podía retribuirlo sin dejar al descubierto al otro lado de la línea la lujuria que estaba sintiendo. Ya casi sin poder aguantar más me despedí de mi hijo, no sé si corté la llamada o no pero mis gemidos salieron y el placer se apoderó de mi cuerpo. “¡Oh, Chester eres un diablillo!” –le decía mientras gemía. Toby y Kazán se acercaron presurosos hacia donde estaba, entonces con la lujuria encendida los empecé a masturbar, para que sus vergas se asomaran y pudiera deleitarme chupándolas. Ya mi calentura no daba más y sin darme cuenta me estaba comiendo las poderosas vergas de los otros dos perros, ellos parecían disfrutarlo, ya que estaban quietos dejando que mi boca hiciera cuanto quisiera. Las certeras lamidas de Chester en mi vagina me hacían retorcer de placer, era como si un intenso fuego quemara mi entrepierna, eran tan certeras que incluso su rasposa lengua se metía intrusa en mi sexo. “¡Eres un perrito malvado!” –decía mientras me metía a la boca la verga de Toby que jadeaba y con mi otra mano masturbaba a Kazán. Estaba al borde del orgasmo, mi cabeza daba vueltas y mi cuerpo temblaba, ya no podía más, me entregué a la deliciosa sensación del orgasmo que me provocó Chester y empecé a jadear y gruñir como una perra en celo. Seguí chupando las vergas de los otros dos machos que no tardaron en llenarme la boca de semen, el que tragué sin problemas. Me tiré en el piso rendida y mis ojos se cerraban a causa del cansancio. Estaba satisfecha y sonriendo.

Con el correr de los días las sesiones de sexo con mis amantes perrunos eran más frecuentes, al punto de que no los llevaba a pasear, sino que de una nos íbamos al departamento para seguir con largas horas de placer mutuo que nos propinábamos, era su perra, ellos mis machos y mientras los tuviera siempre les daría el placer y las atenciones que ellos merecen. Cuando mi hijo llegó con mi marido de su viaje con mi ex marido, me preguntó cómo se habían portado los perros, le contesté: “De maravilla”. Él respondió: Lo sé y sé que lo pasaste bien con ellos”. En ese momento era un atado de nervios y le pregunté: “¿Por qué dices eso?”. “¿Recuerdas cuando hablamos el otro día? Pues, no cortaste la llamada y escuché todo, pero no te preocupes, me hiciste acabar rico con tus gemidos, lástima que no estaba aquí para verlo” –respondió. No sentí vergüenza, pero si me puse nerviosa por sus palabras, al fin y al cabo si él lo disfrutó por mi estaba bien.

Llegó el momento en que él debía retomar su trabajo y sacar a pasear a Kazán, Toby y Chester. No estuvo ni veinte minutos cuando estaba de vuelta con ellos, sonríe y me dice: “Te querían visitar”. No hicieron más que entrar y los tres se abalanzaron sobre mí y empezaron a lamer mi cara, en cosa de segundos mi vagina ya estaba mojada. “No te preocupes, así se van a cansar más pronto” –dijo él. Se sentó en el sofá y observó con detalle como su madre estaba dispuesta para sus tres amantes. Solo se masturbó viéndome como era montada y como les comía la verga a los paseantes, hasta que cuando estaba a punto de acabar se acercó y dejó su semen en mi boca, me sentí tan puta en ese momento que mi lengua saboreó cada chorro del semen de mi hijo. Ahora, yo atiendo a los perros y él se deleita en ver cómo me cogen, dándome su semen y haciendo que mi afición por mis tres amantes sea más placentera.

 

 

 

Pasiones Prohibidas ®

4 comentarios:

  1. Que rico y perverso relato y que rico tener a una madre así con esa mente ha vierta y sin miedo al éxito un final muy rico

    ResponderBorrar
  2. Muy rico y delirante la experiencia como siempre Caballero exquisito

    ResponderBorrar